domingo, 17 de octubre de 2021

CRITÓN. Día 01. (Platón 43a-43b)

Como todas las personas que conozco, tengo todo el tiempo del mundo. Y este blog supone para mí un ejercicio de resistencia frente a toda obligación. Una permanencia más allá de los compromisos y, siendo un compromiso, también comporta una especie de descanso y lejanía con todo lo demás. Así que, aunque no llegue a miles de personas, aquí permanezco. Sigo con Critón, después de acercarme despacio y día a día durante este año 2021 a Sócrates-Platón a través de Eutifrón, República I, Protágoras y, de Aristóteles, Nicómaco I. Y seguiré más adelante con otros. Pero ahora este. Escoger un libro como referencia diaria también es un descanso "temático". Lo demás es leer, pensar, escribir y compartir. Quizá de vez en cuando escuchar alguien que aporta generosamente un comentario o una apreciación de valor. Tengo que recordar que no hago nada más que leer el texto directamente de la edición Gredos y de la plataforma digital Perseus. Tener el libro de Gredos en mis manos me recuerda grandes viajes que he hecho y en los que he vivido, así como el nacimiento de mis dos hijos. 

Critón es el menor diálogo socrático escrito por Platón. Se sitúa, como ya sabemos, en la cárcel y con sentencia ya firme. Y como no se parece prácticamente en nada al resto de diálogos, quizá convendría leerlo buscando en él una actitud fundamental de vida filosófica, en memoria de Sócrates mismo. Critón es amigo y conversa con preocupación y naturalidad. La pluma de Platón conserva y hace valer esta actitud ingenua y espontánea, la más común del mundo y con la que comenzamos, al menos, a existir. 

La primera lectura, si no se coloca bien el lector, no asume la gravedad del momento. Hace falta todo el recorrido previo presente sucintamente para comprender su verdad y el contenido de lo que se está diciendo. Es como una primera aproximación simple a ello. Este es su papel principal. 

Critón, con todo, no está solo. De algún modo, somos muchos los que estamos con él compartiendo escenario filosóficamente hablando. Comienza preguntado por la hora, demasiado pronto para Sócrates. Y confirmando que es temprano todavía. También para asumir y hacerse cargo de lo que está ocurriendo y el rápido desenlace de la acusación y el juicio. A pesar de que, como ya sabemos, pareciera que sobraba tiempo para hacerse cargo de la realidad, sopesarla maduramente y enfrentarse a la decisión y acción más libre posible, e incluso para que fuera cuestionada duramente por los amigos más cercanos, lo cual añade más dramaticidad al momento, más densidad, más obligación. Y más soledad, probablemente. 

Comienza a amanecer cuando el diálogo da sus primeros pasos. Un recuerdo histórico escrito, con capacidad simbólica y muchas conexiones contextuales y referencias culturales. Nombrar, así como así, el paso de la noche al día, la aparición débil del sol con sus primeros rayos, tiene mucha carga literaria que se puede asumir en diferentes planos. Con todo, el amigo Critón lleva un tiempo observando en silencio a Sócrates, sentado a su lado, mientras dormía. Nada más y nada menos que "bastante tiempo", o el tiempo suficiente. Rodeado Critón por la noche y el silencio, ante la presencia del amigo, como quien ya vela a un muerto o quien guarda para sí el recuerdo de quien estuvo cerca hablando y en viva presencia. 

οὐ μὰ τὸν Δία Σώκρατεςοὐδ᾽ ἂν αὐτὸς ἤθελον ἐν τοσαύτῃ τε ἀγρυπνίᾳ καὶ λύπῃ εἶναιἀλλὰ καὶ σοῦ πάλαι θαυμάζω αἰσθανόμενος ὡς ἡδέως καθεύδειςκαὶ ἐπίτηδές σε οὐκ ἤγειρον ἵνα ὡς ἥδιστα διάγῃςκαὶ πολλάκις μὲν δή σε καὶ πρότερον ἐν παντὶ τῷ βίῳ ηὐδαιμόνισα τοῦ τρόπουπολὺ δὲ μάλιστα ἐν τῇ νῦν παρεστώσῃ συμφορᾷὡς ῥᾳδίως αὐτὴν καὶ πρᾴως φέρεις.

Esta es la descripción que hace Critón, que sirve como resumen de lo que ha vivido es su tiempo de contemplación. Por un lado, su mirada ha sido, no para sí, pero muy personal y propia. Hace notar, sin mención, una situación de la que no sabe cómo hacerse cargo o expresar con ajustada comprensión a lo que Sócrates está viviendo. Pero es "esta situación". Por otro, además, añade y pone delante ante la vista de ambos lo que él quisiera y lo que para él significa: "desvelo" y "sufrimiento". Es una contemplación comparativa, extraña. Él mismo no se ve como Sócrates. Sócrates aparece por sí mismo y muy distante de su propia experiencia de todo lo que está pasado. 

De ahí que, por contraste, sea tan llamativa la contemplación y tan potente el mensaje de la acción, incluso dormido. Sócrates duerme bien cuando cabría esperar todo lo contrario. Por eso precisamente, y no por otra cosa, Critón, que no puede dormir en su casa, se va a acompañarlo a la cárcel creyendo que él sufriría más aún que él, pero encuentra lo contrario. Una especie de remanso de paz, agradable. Pues para Critón dormir así es agradable e imposible si no se es feliz. 

Parece que el sueño socrático, por muy ajetreada que sea la vida, no tiene que ver con el cansancio tanto como con el descanso. Sócrates duerme en cumplimiento de lo que ha sido toda su vida, como continuidad de toda ella, como un cierto desprecio al presente y lo inmediato, asentado en el carácter y la vida más que en el mundo y su desarrollo. Da igual, Sócrates está en paz, por lo tanto fácilmente y apaciblemente duerme. Ambos calificativos, a decir verdad, más propios de dioses que de seres humanos. 

Queda dicho mucho en este primer acercamiento. Que es memoria, dicho sea de paso, y por tanto una primera reflexión sobre una vida que se cuenta directamente en la acción y no solo a través de palabras. 



2 comentarios:

  1. Gracias. Interesantísima reflexión. Me ha resultado muy ilustradora. Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias por tus palabras. Siempre anima recibir comentarios.

      Eliminar