sábado, 6 de septiembre de 2025

Fedro. Día 5. Platón 228a

Mi lectura y revisión continúa. Sócrates desenmascara rápidamente la falta humildad puramente retórica de Fedro, que lo único que hace es dilatar el tiempo y exigir el ruego. Sócrates le recuerda a Fedro que lo conoce como a sí mismo. Expresión esta que contrapone el conocimiento del otro y el olvido de sí mismo. Conoce a Fedro en tanto que se conoce a sí mismo, queriendo decir de este modo que son almas cercanas. Y mostrando, para cerrar la línea, que Sócrates se conoce a sí mismo y no se olvida de sí mismo. 

Lo que hace Fedro, pues parece su habitual proceder, es escuchar al experto y pedirle que repita el discurso hasta aprenderlo. De modo que al salir, se lo sabía de memoria y fuera, caminando más allá de las murallas, podía repetirlo en soledad o, mejor aún, en compañía. Si encontraba algún otro amante de los discursos, aunque al inicio se hiciera el remolón y el interesante, terminaba practicando en común con otros. Estos amantes quedan indicados en el texto como un poco "frikis" por estas cosas, como personas extrañas, singulares. 

El caso es que, sea como sea, Fedro está deseando soltar el discurso. Y Sócrates lo sabe. Por lo tanto, se pegará a él y caminarán juntos. Haga lo que haga, sucederá esto y no otra cosa. Sócrates insiste.

Σωκράτης

 Φαῖδρεεἰ ἐγὼ Φαῖδρον ἀγνοῶκαὶ ἐμαυτοῦ ἐπιλέλησμαιἀλλὰ γὰρ οὐδέτερά ἐστι τούτωνεὖ οἶδα ὅτι Λυσίου λόγον ἀκούων ἐκεῖνος οὐ μόνον ἅπαξ ἤκουσενἀλλὰ πολλάκις ἐπαναλαμβάνων ἐκέλευέν οἱ λέγειν δὲ ἐπείθετο προθύμωςτῷ δὲ οὐδὲ ταῦτα ἦν ἱκανάἀλλὰ τελευτῶν παραλαβὼν τὸ βιβλίον  μάλιστα ἐπεθύμει ἐπεσκόπεικαὶ τοῦτο δρῶν ἐξ ἑωθινοῦ καθήμενος ἀπειπὼν εἰς περίπατον ᾔειὡς μὲν ἐγὼ οἶμαινὴ τὸν κύναἐξεπιστάμενος τὸν λόγονεἰ μὴ πάνυ τι ἦν μακρόςἐπορεύετο δ᾽ ἐκτὸς τείχους ἵνα μελετῴηἀπαντήσας δὲ τῷ νοσοῦντι περὶ λόγων ἀκοήνἰδὼν μένἰδώνἥσθη ὅτι ἕξοι τὸν συγκορυβαντιῶντακαὶ προάγειν ἐκέλευεδεομένου δὲ λέγειν τοῦ τῶν λόγων ἐραστοῦἐθρύπτετο ὡς δὴ οὐκ ἐπιθυμῶν λέγειντελευτῶν δὲ ἔμελλε καὶ εἰ μή τις ἑκὼν ἀκούοι βίᾳ ἐρεῖνσὺ οὖν Φαῖδρεαὐτοῦ δεήθητι ὅπερ τάχα πάντως ποιήσει νῦν ἤδη ποιεῖν.

La respuesta de Fedro es complaciente. O sea, que se deja querer. Y así estamos ante una primera encarnación del discurso de Lisias, según parece. Sócrates ha hablado de tal modo que ya se ha apuntado un triunfo. No por saber muchas cosas, si se revisa bien lo que dice, sino por haber sabido mucho sobre el propio Fedro. Que no es lo mismo las cosas que las personas que poseen palabras. 

Fedro continúa con una preciosa afirmación de Sócrates que lo describe a la perfección por lo que sabemos de él: "no me soltarás en tanto no abra la boca, salga como salga lo que diga." Lo que viene a decir que Sócrates es una lapa humana, alguien pegadizo, alguien que se aproxima mucho y no se va con facilidad. Y a quien le importa más la persona que los discursos que dice la persona. Lo cual es una diferencia de altura. 

Φαῖδρος
ἐμοὶ ὡς ἀληθῶς πολὺ κράτιστόν ἐστιν οὕτως ὅπως δύναμαι λέγεινὥς μοι δοκεῖς σὺ οὐδαμῶς με ἀφήσειν πρὶν ἂν εἴπω ἁμῶς γέ πως. 



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