jueves, 30 de junio de 2022

LISIS. Día 66. (Platón, 220a - 220b)

En este paso se ve que Sócrates no quiere, ni de lejos, plantear su definición como un mínimo común de todo, como una destilación de otras. Más bien, al contrario, lo que se da es una ampliación de la amistad en las amistades hasta la consideración de la amistad perfecta. Lo que lleva a considerar que las amistades, que son muchas, no se refieren unas a otras, entre sí e intramundanamente, sino que están referidas a algo mayor que todas ellas y que está es la tensión principal que se da en la realidad. Otras amistades pueden iluminar y plantear la zona oscura de la una amistad, no por ello queriendo ir a una esencia al modo como normalmente se emplea esta palabra, sino al revés, en la búsqueda de algo mucho mayor. 

Son amistades, que no entran en conflicto, sino en colaboración. Y ahora entiende mejor cualquiera, visto desde este lugar, el misterio hondo e inmenso que es el ser humano en relación con otros. Tanto en lo que a sus carencias atisba, como en la plenitud vivida (decir en parte, que es lo que me sale, es decir algo confuso). 

Este es el párrafo. 

¿No tendríamos que discurrir de la misma manera sobre el amigo? Porque, cuantas cosas decimos que nos son queridas por causa de una otra cosa querida, al decirlas parece que lo que estamos haciendo es una simple frase; ya que, en realidad, amigo sólo parece ser aquel en el que todas estas llamadas amistades confluyen y acaban.

οὐκοῦν καὶ περὶ τοῦ φίλου ὁ αὐτὸς λόγος; ὅσα γάρ φαμεν φίλα εἶναι ἡμῖν ἕνεκα φίλου τινὸς ἑτέρου, ῥήματι φαινόμεθα λέγοντες αὐτό: φίλον δὲ τῷ ὄντι κινδυνεύει ἐκεῖνο αὐτὸ εἶναι, εἰς ὃ πᾶσαι αὗται αἱ λεγόμεναι φιλίαι τελευτῶσιν.

Vuelvo al párrafo. Primero, la pregunta. Incómoda. Porque hace un paralelo metodológico, en el que todas las realidades funcionan del mismo modo. Al menos las humanas, si es que sirve para acotar el espectro. Pero al considerarlo así, la amistad y el cuidado del cuerpo, al tratar claramente sobre la persona, parecen abrazarla en su conjunto más que por separado. Por eso antes he puesto entre paréntesis la "parte", porque no son "partes". Si acaso, de dimensiones. Con la tensión. 

Atención a lo que se dice, porque es fundamental. No se explica la realidad por lo que hay, sino más bien por lo que no hay. Que se conoce, que se sabe, de lo que se tiene razón y parece evidente. No es en el entendimiento de una historia donde se dilucida la amistad, ni por comparación entre semejantes, sino que, si acaso, ambos métodos solo sirven para algo mayor que es lo que después se explicará como un ser reflejo, una realidad en dinámica, una realidad viva, un proceso, un fluir... o como se quiera decir, de entre las muchas palabras que se han usado en la historia. Todas con un sentido u otro, normalmente no muy precisos. 

Por no cerrar el tema y dejarlo como pregunta. Lo que hace ahora Sócrates al distinguir "amistad", que no la hay, que no se puede encontrar, y al mismo tiempo no se puede decir que no la haya, que no se pueda encontrar, y "amistades", ¿facilita la reflexión, la confunde, la expande, la difumina? Personalmente, me inclino a comprender que es una opción de mayor calado, que es una explosión de la reducción, del intento de apresar, de la torpeza de no mirar más allá de lo que realmente se da y que es don al mismo tiempo que provocación, llamada, exigencia. Conocer y gustar, comenzar al menos, la amistad es desearla por entero y, al mismo tiempo, sufrir por no conseguirla. Por otro lado, no se puede hacer, se tiene que recibir. No es cosa de uno, de una persona con su compromiso y voluntad, sino de relación. Y ahí la voluntad no entra a jugar como entra a jugar en otros horizontes de vida humanos, personales. Es verdad lo que apunta algún buen filósofo con el que estoy liado estos días sobre el heroísmo. Lo humano, lo verdaderamente humano, se explica genialmente por el heroísmo. Y, a la vez, sabemos que no se logra por una decisión propia, simplemente. 



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