sábado, 4 de junio de 2022

LISIS. Día 62 (Platón, 218b - 218e)

Está Sócrates dando vueltas y más vueltas al tema. No se duda de la amistad, que a su vez se quiere determinar. Por eso, como en una estrategia, el intento de querer rodearla planteando una cuestión tras otra, porque cuando se dice algo, parece que no se ha dicho todo y, al mismo tiempo, que no es todo lo que hay que decir. 

Tan pronto la amistad parece generosidad y entrega absoluta, como relación de reciprocidad y amor mutuo. Y esto, bien pensando, parece que en la vida teórica suele excluirse por ser una contradicción. De ahí que considere que es un sueño el creer que haya llegado a algo definitivo. Lo cual, si alguien lo piensa bien, es una definición de amistad por sí misma. La amistad no puede darse por cerrada jamás, por segura jamás. El amor es así. Sería como tratar con la fuente constantemente. Aquí, en el caso de la amistad, la fuente está en el otro que se da y, a la vez, en el yo que reconoce darse. 

¿Esto es confesar que no cabe en palabras? Lejos de eso, continúa dialogando. Es decir, responde que es posible seguir hablando de ella. Luego ella se da en las palabras igualmente. 

"Todo amigo, para ser amigo, tiene que serlo de alguien." Esto, tal cual, lo suelo decir en clase para hacer ver que hay términos que son, en sí mismos, relativos. Por relativo entiendo aquí que no se dejan cerrar en sí mismos y son apertura. Se dicen por lo que se dice a su vez de otro, al mismo tiempo, simultáneamente. Nadie es amigo sin amigo de quien ser amigo. Nadie puede hablar de amistad sin esta experiencia. Le llamamos amigo porque no se define por sí mismo, sino relativo a otro. Y normalmente se contrapone, muy tontamente, con lo absoluto. Como si no pudiera ser lo mismo: un absoluto que se dice como apertura. Lo cual sería la definición, en cierto modo, de todo amor posible. El amor en sí mismo sería apertura en sí misma, donación en sí misma. Pero donación a otro, confesión del otro como otro, pero no del otro totalmente separado. Es relación. 

Lo siguiente es preguntar si se es amigo "por algo", "por alguna finalidad", "por algún objetivo". En nuestro tiempo la palabra "interés" ha hecho mucho daño. No toda finalidad es la misma. Puede ser que la finalidad sea también el otro y no un interés egoísta. ¿Causa, fin, objetivo? ¿Todo en la misma expresión? ¿El "para algo" es siempre un "para" "materialmente interesado", "mundanalmente concreto"? 

Y quien dialoga responde que es siempre por causa de algo y con algún fin. Literalmente, por un motivo y con un objetivo, con un principio y un fin, con algo así determinado históricamente. Es decir, a mi modo de leer esto, lo que se dice es que no son amigos partiendo de la nada y enfocados en la nada. Como en aquello de Anaximandro, lo que viene procede de algún lugar y va hacia algún lugar cuando se realiza. No se pierde en la nada. Lo que rodea a la amistad no es la nada, sino algo. Ese algo, que bien puede ser algo absoluto como tal, es de donde procede y a donde se dirige. 

Y, para más sorpresa, cuando se vuelve a preguntar, a la cuarta cuestión de este paso siguiente, el interlocutor ya no entiende y no sigue el razonamiento que Sócrates está haciendo consigo mismo. Se ha desconectado. Y lo dice. No comprende la palabras, no es capaz de seguir a Sócrates. ¿Cuál ha sido la pregunta, tan interesante, motivo y causa del desconcierto y la novedad de la situación? La siguiente: "¿Y es amigo de lo que le hace a él amigo, o no es ni amigo ni enemigo?" La pregunta no se entiende porque ha dado un salto metafísico desde lo que antes ha tomado como referencia de bien y mal, y el ser humano como intermedio entre el bien y el mal que, sin embargo, parece estar aliado con eso desconocido para él que es el bien y quiere, por otra parte, realizarlo y vivirlo y no separarse demasiado de su lado, a pesar de todo lo que puede suceder y no está garantizado en su proximidad. 

Si la filosofía no es ese diálogo que hace mirar en otra dirección, probablemente no es filosofía. Qué fuerza. Y sin dudar, ni un solo momento, de la amistad. Aquí no se duda del amor en ningún momento. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario