viernes, 8 de abril de 2022

LISIS. Día 52. (Platón, 215c - 216a)

Ahora Sócrates tira de "lectura" y "memoria". Cada vez que ocurre esto se usa, no propiamente como argumento, sino para revisar los "espacios comunes" de la tradición que comparte Atenas. Por eso a nosotros nos suena como "sabiduría" lo que para entonces es una especie de "idea general" que pulula entre todos. Hoy, aunque hayamos perdido esas referencias comunes que dan fundamento a lo común siguen existiendo afirmaciones compartidas que convendría examinar y según las que vive la gran masa social. Es lo que, a mi modo de ver, ocurre en Platón cuando se recurre a citas. No es tanto una autoridad como una confrontación con la realidad. De hecho, las citas están más que escogidas. 

Sigo. Esta vez no copio el texto. 

El siguiente paso, después de constatar el extravío de la argumentación, debido a un error en la consideración de las premisas, de las que se va siguiendo uno y otro de los pasos hasta el final, pregunta Menéxeno cómo ha sido esto (posible). Es decir, pregunta por el extravío, más que por el tema. Con la confianza que da la lógica en sí misma, la razón en sí misma, el diálogo en sí mismo. 

Toma la palabra Sócrates largamente. Primero para hablar de algo que "ha oído a alguien que hablaba". Cita, por tanto un recuerdo, una memoria, algo presente. Sobre eso de lo que ha oído es que "lo semejante es lo más enemigo de lo semejante". No lo igual, sino lo semejante. Ha venido un recuerdo, que ya posee. Un desvelamiento por tanto de su recuerdo, de su alma. Este principio es más extenso: "lo semejante de lo semejante, lo mismo que lo bueno con lo bueno, luchan entre sí". 

ὅτι τὸ μὲν ὅμοιον τῷ ὁμοίῳ καὶ οἱ ἀγαθοὶ τοῖς ἀγαθοῖς πολεμιώτατοι εἶεν:

O sea, la guerra entre los semejantes. Y, como argumento conocido, cita a Hesíodo, que no habla exactamente de guerra, sino de molestia, de irritación. Y no me extraña porque pone ejemplos de rivalidad en los que dos realidades quieren poseer la totalidad de un mismo plano compitiendo entre sí. Recuerdo, a tenor de esto, que Hesíodo habla de dos "envidias" realmente y no solo de una. Luego Hesíodo reconoce que hay diversidad en los modos de enfrentar una única realidad, aunque aquí Sócrates -Platón- se quede con una única. En la planicie en la que todo se pone en el mismo plano, efectivamente: o lo uno, o lo otro. No es ironía, es violencia. 

Según parece, los que más se asemejan compiten entre sí. Efectivamente, pone una ristra de realidades de las que se ven pletóricos: envidia, rivalidad, odio. Los que más se asemejan entre sí, se repelen. No se complementan, sino que se repelen. 

καὶ τἆλλα δὴ πάντα οὕτως ἔφη ἀναγκαῖον εἶναι μάλιστα τὰ ὁμοιότατα πρὸς ἄλληλα φθόνου τε καὶ φιλονικίας καὶ ἔχθρας ἐμπίμπλασθαι,

Personalmente, considero que estas apreciaciones no son sino una broma para poner de relieve la necesidad de un segundo plano en la consideración del amor, que es de lo que se está tratando. Y no de comercio, ni de necesidad. 

Y acto seguido afirma que los diferentes posibilitan la amistad. 

τὰ δ᾽ ἀνομοιότατα φιλίας:

Que, dicho así simplemente, es necesariamente cierto, tanto como que lo semejante también es imprescindible para la amistad. O sea, ni lo uno, ni lo otro radicalmente considerado, sino la paradoja armonizada de ambos. Pero bueno. 

Sigue poniendo ejemplos de "diferencia" en los que se daría amistad, que no termino de ver completamente. Se daría amistad entre rico y pobre, entre débil y fuerte, entre enfermo y médico, en tres cuestiones por tanto: la obligación con el pobre, la ayuda mutua y reparto de fuerzas, y la sabiduría. Esto, evidentemente, en un mundo idílico y maravilloso en el que cada uno esté dispuesto a ser ayudado según su necesidad y el otro a dar según su capacidad. Lo cual, pese a la insistencia en esta visión de lo diferente, no se da en la realidad que yo tengo inmediatamente a mano. Sí en la alteridad, no en la diferencia en la que no se reconocen el uno y el otro en igualdad. Es más, estas diferencias se acusan más porque no derivan, creo yo, en amistad real, sino en una condición deudora del ser humano respecto de otro tomado como salvador. Pero bueno. 

Esto sería para Hesíodo, según Sócrates, muestra de que la amistad entre lo semejante no tiene lugar. Pero insisto en que hay que revisarlo bien. A mí me parece una locura, sin más. Los opuestos y alejados que, ni se conocen, no se pueden amar. Pero para amar, en verdad, hay que obtener una cierta distancia comunicable, una distancia ciertamente infinita que se dé en una presencia capaz de provocar cercanía o de exigirla. Los contrarios se atraen en lo natural, pero es lo mismo en lo humano. 

Se confunde "semejante" con "idéntico", y Menéxeno no para el diálogo. Y "diferente" por "opuesto o enemigo". Una y otra vez. De ahí que no haya camino posible. Lo cual, como la buena filosofía que es, requiere una vuelta a los principios, al origen, a los fundamentos. Citar a Hesíodo, haciendo memoria, es una invitación a ir más allá de la inmediata memoria de la cultura tradicional y la opinión general, para dar el siguiente paso. Espectacular, sin más. O consideramos esto bien o estaremos repitiendo más que adelantando. 





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