sábado, 26 de febrero de 2022

LISIS. Día 40. (Platón 212c - 212d)

Es difícil encontrarse con alguien que quiera lo mejor y pida lo mejor. Lo normal es vérselas con alguien que, aunque diga que te aprecia y valore mucho, incluso te adule y halague y regale los oídos, termine diciendo que hay que relajarse un poco, no tomarse las cosas muy en serio y disfrutar de la vida. Lo normal hoy es que, por si fuera poco convincente, te muestre un montón de cosas de cómo funciona la vida en el mundo y cómo la gente mira solo por sí mismo. Y así. Hasta que, de vueltas, te tocas con alguien que te necesita de verdad y te pide que no te andes con remilgos, ni miramientos y que ofrezcas tu versión más elevada y posible. He pensado mucho sobre esto a propósito de otras lecturas, que ahora sé que también han leído bien a Sócrates y Platón y este Lisis. Como no suelo citar, seguiré sin hacerlo. Pero es verdad que esto es así. Muchos dicen que aman, pero revelan que no aman tanto porque, al final, se conforman con cualquier cosa y no buscan ni quieren lo mejor. Sin embargo, si eres de verdad amado, es decir, de verdad se te pide lo mejor, entonces las cosas se ponen difíciles. 

Quizá por eso Lisis termina donde termina, quizá por eso el diálogo con Menéxeno empieza por aquí, porque no va de otra cosa que de amor. No de dialogar sobre el amor, sino de intentar amar. Con Lisis uno termina entristecido porque se ha humillado muy por debajo de su humanidad. Con Menéxeno pinta mal, porque ha claudicado muy rápidamente, ha dejado de mirar al amor y se ha conformado con cómo funciona el mundo. Del amor no sabe, pero ya es experto en las cosas del mundo y no duda. A Lisis le humilló y perdió su ensoñación y gloria. A Menéxeno le ha derribado su plácida sumisión al mundo, sin mayor decisión. 

Seguimos. 

Y también en este caso, dije yo, uno ama y el otro es amado. 

Sí. 

¿Quién, pues, de ellos es el que ama?, ¿el amante al amado, ya sea correspondido o ya sea odiado, el amado al amante? ¿O, por el contrario, ninguno, en este caso, es amigo del otro, si ambos no se aman entre sí?

A primera vista, es así. 

Pero ahora nos parece distinto de lo que nos pareció antes. Porque entonces, si uno ama, aman ambos, pero ahora, si no aman ambos, no ama ninguno. 

Es muy probable, dijo. 

Así pues, no hay amigo para el amante, si no es correspondido. 

Creo que no. 

πότερος οὖν αὐτῶν ποτέρου φίλος ἐστίν; ὁ φιλῶν τοῦ φιλουμένου, ἐάντε καὶ ἀντιφιλῆται ἐάντε καὶ μισῆται, ἢ ὁ φιλούμενος τοῦ φιλοῦντος; ἢ οὐδέτερος αὖ ἐν τῷ τοιούτῳ οὐδετέρου φίλος ἐστίν, ἂν μὴ ἀμφότεροι ἀλλήλους φιλῶσιν;

ἔοικε γοῦν οὕτως ἔχειν.

ἀλλοίως ἄρα νῦν ἡμῖν δοκεῖ ἢ πρότερον ἔδοξεν. τότε μὲν γάρ, εἰ ὁ ἕτερος φιλοῖ, φίλω εἶναι ἄμφω: νῦν δέ, ἂν μὴ ἀμφότεροι φιλῶσιν, οὐδέτερος φίλος.

κινδυνεύει, ἔφη.

οὐκ ἄρα ἐστὶν φίλον τῷ φιλοῦντι οὐδὲν μὴ οὐκ ἀντιφιλοῦν.

οὐκ ἔοικεν.

No sé de dónde me saqué que el diálogo entero tiene problema en conjugar la gratuidad y la reciprocidad. Mi primera solución, a propósito de esta parte, fue pensar que mientras ambas se mantengan separadas no habrá amistad posible. Por cierto, que todo lo anterior es sobre la amistad, no sobre el amor. Que en ocasiones doy saltos inapropiados para un buen occidental formado, capaz de distinguir formas distintas de amor, pero no saber qué tienen todas ellas en común salvo que se enseñan en la misma taxonomía. Vuelvo al tema. Pensé que no eran conjugables por separado, pero cuando se juntan se produce algo extraño porque tienden a desaparecer una de las dos o a ser innecesarias. Es como si la reciprocidad matara la gratuidad y la gratuidad acabase con la reciprocidad. Es difícil salir de ahí teóricamente. Muy difícil. Con los años pensé que, inevitablemente, la prioridad era de la gratuidad. Se da lo gratuito y luego lo recíproco. Entonces se distingue el amor de la amistad, en ese salto. Pero la gratuidad se mantiene, salvo por el roce cotidiano. La reciprocidad, si no es en la gratuidad, es verdad que ahoga la gratuidad. Luego, sea como sea, la gratuidad debe mantenerse y solo se puede dar en el sacrificio de uno por el otro. Porque de no ser así la amistad termina por ser algo muy diferente del amor. Si quiere ser amor tiene que ser gratuito. Perdón por la reiteración y repetición permanente del deber y del tener que ser de tal o cual modo. No entiendo que pueda ser de otra manera. 

Es lo que aquí se discute, se debate. Todo inclina, como no puede ser de otro modo para quien ha aceptado los postulados de "la realidad inmediata" que hay distinción entre amante y amado y que, por tanto, es imprescindible la reciprocidad. Ahora, después de lo anterior, pienso sinceramente que ese comercio de amores y ese mal llamado diálogo entre ellos, es su forma más destructiva, porque entra en un cálculo que no le corresponde. El amor solo se da, solo se da y se recibe. Pero no hay intercambio entre amores. No se ama con el mismo amor que se recibe. Se recibe amor, como "ser amado". Se acoger como "ser amado", pero no se ama en ese momento. Es diferente, realmente diferente. Luego el que ama siempre lo hace gratuitamente, si es amor. Y siempre quiere lo mejor para el otro. El amor es salida de sí, no complacencia en sí mismo. 

Pero quizá Menéxeno no pueda saberlo todavía porque no ha examinado suficientemente bien lo que es el amor. 

El amor, en tanta gratuidad, es una locura. Lo han dicho muchos. Y deja de ser tal cuando se quiere hacer cuerdo. Su razón de ser, su racionalidad profunda, contradice directamente el cálculo, la mesura. Es esperanza porque se da, no por lo que espera. Y es amor porque ama y empieza, por tanto, se da cuando todavía no ha recibido. Y su dinamismo es ese. Y otra cosa diferente es ser amado. Insisto, diferente. Tan diferente que no se conoce, sorprende. Lo normal, dicho sea de paso, es rechazarlo. Coincido en que lo más difícil, y lo pienso desde hace mucho, mucho tiempo para lo poco que he vivido, es más difícil dejarse amar que creer que se ama. En quien cree que ama hay una potencia en movimiento. En quien debe dejarse amar lo habitual es que no sepa ni cómo se hace tal cosa, salvo confiando y exponiéndose. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario