martes, 8 de febrero de 2022

LISIS. Día 39 (Platón, 212c)

No abandono la lectura de ayer, la irónica. La que plantea a quien habla bien del amor que siga así, pese a las dificultades. Y Sócrates asume aquí el papel de probador, de preguntador por lo que parece más inmediato, el que refleja la debilidad del amor que no es capaz de vencer, ni convencer siquiera a quien ama. Si es que realmente ama, no podrá dejar de amar. Porque el amor permanece, precisamente en tanto que el amante no se da a sí mismo el amor con el que ama. Y, sin embargo, está Sócrates cuestionando eso, para ver si Menéxeno sabe sobre lo que dice, o cambia de versión y la abandona. Si la abandona, deja solo incluso al amor, muestra que no sabe del amor del que dice saber, por tanto lo ignora. Y lo ignora porque no lo ha vivido. Porque quien lo ha vivido, lo sabe. El amor no puede dejar de amar. El amor no puede ser otra cosa que amor. Y quien es amado, no siempre sabe cómo recibirlo, cómo sabe qué hacer con él, no sabe de la gratuidad del amor que le ama y que solo se acoge con idéntica gratuidad. Así que Sócrates sigue. Y al seguir, Menéxeno se baja de la argumentación. Sócrates se ha hecho el ignorante del amor y ha examinado a Menéxeno que no ha visto en Sócrates un ignorante, sino que le cree sabio y, por tanto, deja el amor y se va con las palabras de Sócrates. En lugar de afianzarse en el amor, sucumbe a las preguntas. Qué lástima. Con lo fructífero que hubiera sido el camino que abandona. Qué pena que no diga que el amor es débil, porque es libre y busca libertad, pero que no puede dejarse de ser respecto de otro lo que es respecto de sí. Y que el amor al otro no es amor a sí mismo, porque si fuera amor a sí mismo entonces tendría que odiar a quien no se deja amar. Pero el amor es amor con otro como consigo, en debilidad. 

Odio y amor. ¡Qué mal se comprenden cuando, de forma tan natural, se ponen casi al mismo nivel o como dos caras de la misma moneda! ¡Qué difícil de vivir y explicar ambas! 

Sigue. 

¿Y no pasa también que el amante es odiado? Cosa así parece que tienen que soportar los enamorados por parte de sus predilectos; pues amando todo lo que pueden, unos, sin embargo, creen que no son correspondidos, otros, que son odiados. ¿O no te parece esto verdad?

Sí que me parece verdadero, dijo. 

Y también en este caso, dije yo, uno ama y el otro es amado. 

Sí. 

τί δέ; ἆρα ἔστιν καὶ μισεῖσθαι φιλοῦντα; οἷόν που ἐνίοτε δοκοῦσι καὶ οἱ ἐρασταὶ πάσχειν πρὸς τὰ παιδικά: φιλοῦντες γὰρ ὡς οἷόν τε μάλιστα οἱ μὲν οἴονται οὐκ ἀντιφιλεῖσθαι, οἱ δὲ καὶ μισεῖσθαι. ἢ οὐκ ἀληθὲς δοκεῖ σοι τοῦτο;

σφόδρα γε, ἔφη, ἀληθές.

οὐκοῦν ἐν τῷ τοιούτῳ, ἦν δ᾽ ἐγώ, ὁ μὲν φιλεῖ, ὁ δὲ φιλεῖται;

ναί.

Muchas cosas. Muchas de golpe. Paro. ¿Qué relación tiene el que uno sea amante y otro sea amado? ¿Que uno ame significa que el otro es amado, como quien da una bofetada y quien es abofeteado? ¿No será más bien que uno ama y, siendo eso cierto, el otro tiene que hacer algo para recibir el amor y que no vale con hablar tan fácilmente, y como si tal cosa, de "ser amado"? Es decir, ¿no será eso de ser amado algo mucho más activo que el pasivo en el que hablamos comúnmente? ¿No será dejarse amar lo que hace primeramente el amado y por eso es vencido y en él, con su libertad, el amor actúa? ¿Y no será el que llamamos que "es amado" alguien a la espera de su reacción respecto del amor, que todavía no ha empezado? ¿Y no será "ser amado" una forma más de "amar", de "confianza en el amor"? 

Entiendo, por cierto, que en todo esto hay una conversación que todavía no se ha dado sobre el amor, no solo sobre su naturaleza, esencia y demás en profundidad, sino sobre su realidad más palmaria. No una mera descripción de formas que comprendemos como amor, sino sobre el amor mismo. Una lógica ciertamente distinta, quizá nombrada sin ser realmente comprendida y muy misteriosa por sí misma. Qué es eso que se llama amor que es posible hasta dar la vida y que enfrenta a la muerte, que se deja matar y la ningunea. 

Pobre Menéxeno que se las ha visto tan rápido con la realidad sin estar del todo preparado para ella y aceptarla tal cual se presenta sin sentido alguno, sin dirección, sin nada. Es más, podríamos haber planteado al revés la cuestión y dejar en pie todavía la respuesta del joven. Que insisto en que, a mi entender, ha dicho la verdad más grande antes, y no ahora que repite que es verdad lo realmente no lo es. El amor une. La "filía" es unidad. El amor que ciertamente desconocemos muy habitualmente es unidad. Y encarnación es meterse bajo la piel, en la carne misma, y no una mera contextualización de las grandes cuestiones adaptándolas a la cultura del momento. Esto lo digo aquí en medio de otras muchas letras para que se lea poco. Que algunos parece que no saben de mayor realidad que la de su contexto, pese a que confiesan que todo ha sido creado por Dios. Yo sigo, un paso atrás. A Menéxeno se le pregunta, y él responde, como si fuera más amante que amado. Porque las personas se ven muy torpemente y muy rápidamente en el lugar del que ama y no en el lado del que recibe el amor. Y, pese a todo, si están vivos es porque primero fueron amados. Aunque lo hayan olvidado. Platón me permite en su distinción volver atrás y vérmelas con eso. Que el amante no es el primero, no es, en el caso de la persona, quien lleva la voz cantante. El que ama es primero, pero no es primero el hombre que ama sino el hombre que es amado. La persona, mejor dicho. La persona es tal en tanto que ha sido querida, si queremos, deseada. O fruto del deseo y del amor. Y no se trata de las personas que a su vez se aman, sino de otro amor primero. Que es el que luego descubrimos actuando en nosotros con los años, especialmente cuando nos enfrentamos a la muerte, con sus rostros. Lo digo aquí también, enredado en palabras. Que así se lee poco y nadie dice nada luego. 

Por cierto, que algo que sí que se debería considerar bien es que el amor y el bien, una vez que aparece, despiertan con frecuencia odio y mal. Que se lo pregunten al Señor Jesús. Evidentemente, Dios conoció a Sócrates. Religiosamente hablando es indiscutible. Pero no hace falta que nadie invoque estas dos "personas" de la "historia". Con que nos revisemos... Tanto como amantes como amados. Cuántas veces vemos ya, con absoluta claridad, que nos amaron mucho y reaccionamos con rechazo al amor. 



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