jueves, 9 de diciembre de 2021

ADVIENTO. Recibir según recipiente.

Todo se recibe según recipiente. La disposición es fundamental. La apertura, cómo se haga eso, es el condicionante más importante. Lo repetimos y lo usamos, lo decimos de múltiples maneras. Sin embargo, no hay nada a la altura del mismo acontecimiento con capacidad para abrir lo que estaba aparente o discretamente cerrado. Una pareja en la calle principal de la ciudad tenía una tienda maravillosa, a la que todos se acostumbraron. Durante décadas compraron en ella. No querían nada más que su propia rutina. Hace poco abrió otra tienda al lado, junto a la de toda la vida. Visiblemente diferente. Más llamativa y provocativa. Había que elegir entre una y otra. Se repartieron la clientela. En breve, otra nueva al otro lado que quedaba y quedó encerrada entre ambas, con lo de siempre en sus manos, pero menos gente. Ahora había que repartir un poco más y hacer esfuerzos por captar a los habituales. Las gentes de la ciudad se iban dividiendo y fueron cambiando de una a otra según el momento. Donde antes solo había una opción de repente surgieron más y más ofertas que lo llenaron todo. Cambió la calle, que ya no parecía la misma. De las personas, ni hablamos. Todos usaban su libertad para elegir en qué tienda gastar la jornada que ya volverá mañana. Y fue así como muchos creyeron encontrar el infinito mismo en las baldosas que pisaban. 


 

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