viernes, 10 de diciembre de 2021

ADVIENTO. Los de última hora

Será un defecto. No digo que no. Hoy hemos hablado de ello. Que dejar todo para el final y acostumbrarse a "hacer cosas" bajo presión, quizá no sea lo mejor. Sobre todo cuando afecta a los demás. Sobre todo por eso. Si no, daría lo mismo. Es más, mucha gente ni se enteraría. Es lo que tiene la cercanía de los otros. El caso es que termina saliendo "decentemente". Siempre se puede mejorar. Todos. La endiablada perfección exigida a otros actúa como verdadera viga. Es impresionante. Y mientras, cuánta gente ocupada en cosas preciosas que embellecen la realidad. Que eso es lo que falta. Algunos dicen palabras bonitas y otros se pelean por actos con sentido. Entre ellos se olvidan de lo bello que es, sin más, respirar a fondo, quedarse sin aliento ante algo. Yo no soy muy de campo ni de naturaleza. Al menos de momento. Que la vida cambia. Lo que sí tengo para mí ya ganado es capacidad para asomarse al abismo inmenso de algunos textos comprendiendo parte de su hondura. Alguien, que lo vivió, lo dejó por escrito para que otros lleguemos detrás a mapear así la humanidad. Cuando llegan pronto, no se valoran igual. Tienen su momento. Pero la vida no va de leer, sino de vivir. Los libros, en ocasiones, ni siquiera ayudan. Sin embargo, la vida siempre ayuda a vivir, venga como venga, la escriba quien la escriba. Es que no te puedes negar a ella. Si es vida. Y a última hora, tal vez, se desescamen los ojos. Tal vez, solo tal vez. El simple hecho de imaginarlo o desearlo provoca ya mismo una fuerte conmoción y esperanza. Quién dijo que la esperanza fuera fácil y no tenaz, paso a paso, poco a poco. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario