jueves, 25 de noviembre de 2021

CRITÓN. Día 40. (Platón, 51c - 51d)

Sócrates vuelve a arremeter contra el vacilante Critón. Aunque indirectamente está más que dicho, sobradamente expuesto, queda todavía más claro en lo siguiente que se habla, no de cualquier ciudad, sino de una en particular: Atenas, que es la que engendra, cuida y protege a los atenienses. Por si hubiera dudas. En cualquier caso, Critón ya no vuelve a intervenir prácticamente hasta el final. Y adelanto que es uno de los pocos diálogos que terminan de este modo, estando de acuerdo Sócrates y su interlocutor. Aunque entran dudas sobre quién habla ahora, ya que las leyes parece que han invadido a Sócrates poseyéndolo. Que, por otro lado, no dejan de examinar a Sócrates y Sócrates no deja de intervenir con ellas en la conversación. ¡No se calla este señor ni ante sus mayores!

Sea como fuere, vamos con el texto. Sócrates toma la palabra para que las leyes tomen la palabra en esa asamblea de ancianos curiosa que se ha formado. 

Examina, además, Sócrates, si es verdad lo que nosotras decimos, que no es justo que trates de hacernos lo que ahora intentas. En efecto, nosotras te hemos engendrado, criado, educado y te hemos hecho partícipe, como a todos los demás ciudadanos, de todos los bienes de que éramos capaces; a pesar de esto proclamamos la libertad, para el ateniense que lo quiera, una vez que haya hecho la prueba legal para adquirir los derechos ciudadanos y, haya conocido los asuntos públicos y a nosotras, las leyes, de que, si no le parecemos bien, tome lo suyo y se vaya adonde quiera. Ninguna de nosotras, las leyes, lo impide, ni prohíbe que, si alguno de vosotros quiere trasladarse a una colonia, si no le agradamos nosotras y la ciudad, o si quiere ir a otra parte y vivir en el extranjero, que se marche a donde quiera llevándose lo suyo. 

σκόπει τοίνυν Σώκρατες,’ φαῖεν ἂν ἴσως οἱ νόμοι,‘εἰ ἡμεῖς ταῦτα ἀληθῆ λέγομενὅτι οὐ δίκαια ἡμᾶς ἐπιχειρεῖς δρᾶν  νῦν ἐπιχειρεῖςἡμεῖς γάρ σε γεννήσαντεςἐκθρέψαντεςπαιδεύσαντεςμεταδόντες ἁπάντων ὧν οἷοί τ᾽ ’ ἦμεν καλῶν σοὶ καὶ τοῖς ἄλλοις πᾶσιν πολίταιςὅμως προαγορεύομεν τῷ ἐξουσίαν πεποιηκέναι Ἀθηναίων τῷ βουλομένῳἐπειδὰν δοκιμασθῇ καὶ ἴδῃ τὰ ἐν τῇ πόλει πράγματα καὶ ἡμᾶς τοὺς νόμους ἂν μὴ ἀρέσκωμεν ἡμεῖςἐξεῖναι λαβόντα τὰ αὑτοῦ ἀπιέναι ὅποι ἂν βούληταικαὶ οὐδεὶς ἡμῶν τῶν νόμων ἐμποδών ἐστιν οὐδ᾽ ἀπαγορεύειἐάντε τις βούληται ὑμῶν εἰς ἀποικίαν ἰέναιεἰ μὴ ἀρέσκοιμεν ἡμεῖς τε καὶ  πόλιςἐάντε μετοικεῖν ἄλλοσέ ποι ἐλθώνἰέναι ἐκεῖσε ὅποι ’ ἂν βούληταιἔχοντα τὰ αὑτοῦ

Por partes, que estoy abruma. Primero, "los nomoi" no dejan de hablar como Sócrates. Y lo hacen de modo que se les debe todo. El plural es realmente sorprendente. Pero no dejamos aquí. A mí este fragmento me recuerda efectivamente a un posible discurso del padre misericordioso a su hijo pródigo en el evangelio de Lucas. En resumen, te he dado todo y te lo he dado libremente para que hagas con ello lo que quieras. Tan libremente que puedes coger lo tuyo e irte donde te plazca si no te agrada estar aquí. Y libertad aquí significa precisamente esto y no otra cosa. No es quedarse, sino irse de Atenas lo que hace posible la libertad. Misteriosamente esta posibilidad hace que los que están estén libremente y que nadie les diga nada por estar, igual que a los que se van, que se van con los dones recibidos por Atenas, sin que nadie les pueda decir nada de la misma forma. Pensemos que no era así, ni de lejos, en el mundo antiguo. Que nadie se confunda con esto, no vayamos a pensar que hoy se pueda hacer así por las buenas lo que aquí dicen las leyes de Atenas. 

Eso, "los nomoi" hablan habiéndolo dado todo "desde la nada". El elenco es maternal y paternal a la vez, generador de fraternidad con otros hombres de la ciudad y poseedor de riquezas. Lo que las leyes reclaman es haber sido más que generosas, intentado dar bienes, todo lo bueno posible a cada uno de los suyos. Y que la libertad aparece cuando pasan a ser conscientes de los asuntos públicos y a escuchar lo que dicen ellas mismas o ellos mismos. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario