domingo, 21 de noviembre de 2021

CRITÓN. Día 36. (Platón, 49e)

Insisto en esta "filosofía" extraña, en esta "filosofía" en serio. Y que son más para vivir que para pensar. Y que siempre, siempre cabe la oportunidad de vivirla, de modo que, efectivamente, nada de lo humano es ajeno a ella. Esta filosofía no contempla la nada, como tampoco responde "del todo" una vez. Esta filosofía se comporta en y a partir de la acción. "En", porque revela que es lo que es estando donde está. Y "a partir de", porque tiene un origen que no se ha dado a sí mismo, por mucho que incomode esto a mundo moderno, posmoderno, supermoderno o posposmoderno y lo que venga después. 

Una leve pregunta, para saber dónde está esta filosofía. 

Digo lo siguiente, más bien pregunto: ¿las cosas que se ha convenido con alguien que son justas hay que hacerlas o hay que darles una salida falsa?

Hay que hacerlas. 

λέγω δὴ αὖ τὸ μετὰ τοῦτομᾶλλον δ᾽ ἐρωτῶπότερον  ἄν τις ὁμολογήσῃ τῳ δίκαια ὄντα ποιητέον  ἐξαπατητέον;

ποιητέον.

Estas "cosas que se ha convenido con alguien" son, en síntesis, un pacto, un acuerdo, una alianza, un contrato, un testamento. Lo que a cualquiera que lea a Sócrates puede sorprenderle es que Sócrates está hablando de un principio que la persona acuerda con toda la humanidad, como se ha expresado en los términos anteriores, sin que la contraparte haya aceptado o firmado nada. Se trata de un pacto extraño unidireccional y sin excepción por ningún lado en tanto que aparezca una persona, un hombre, una mujer, un anciano o un niño. Y que la humanidad se dé a sí misma la forma que sea porque, independientemente de la forma, hay un pacto que lo engloba todo. 

Atención a todo lector. El pacto es "homologia", acuerdo. Pese a que todo lo que hace Sócrates es intentar llegar a él a través del diálogo y que su esfuerzo es precisamente ese y no otro. Pero el pacto está dado desde el principio, como acuerdo. Y es con toda la humanidad. Aunque luego se revela, en lo concreto y en la acción, que está muy lejos de ser así. Precisamente por ello, a decir verdad, es necesario un pacto, que sea un mandato, que conlleve -con sufrimiento o sin él, eso da igual- exigencia, imperativo y recuerdo fuerte en lo cotidiano, para que no sea olvidado bajo ningún concepto. Y esta alianza es con toda persona, con toda la humanidad. 

Ahora bien. Lo justo es "no cometer injusticia", ¿o ha pasado Sócrates a decir algo más? Porque, para quien quiera pensarlo, el mismo "no cometer injusticia" será el principio precisamente para "cometer justicia", por curioso que esto pueda parecer. Y solo el principio, solo el origen. No es la llegada, jamás será un destino final. Si está ahí es por algo mayor incluso que se revelará, ahora así, en la acción. 

No es para hablar de ello y luego "resolverlo fácilmente", saliendo por la tangente, por la rendija escondida, por la opción que lo incumpla sin que nadie se dé cuenta. Se trata de lo contrario. Es agarrarse a él de tal forma que no se suelte, pase lo que pase. Y según estoy escribiendo esto, me doy cuenta de que lo que propone supera ampliamente la humanidad de cualquiera que pretenda hacerlo por sí mismo sin más miramiento que a sí mismo y a sus propias fuerzas. Y esto lo digo, a lo mejor, muy contaminado por lo que me conozco a mí mismo y lo que pienso de la humanidad. Aunque creo que no se trata de reducción, ni de proyección. Mantendría que es imposible para "el hombre por sí mismo" vivir algo así. Y que el mandato, como voz interior de la persona que lo recibe, precisamente porque lo expresamos como "voz interior" nos dice que, con la máxima seriedad posible, "no estamos solos en esto". 

Por el camino de Sócrates entiendo que las cosas son así. Y no me extraña entonces que tantos hayan querido acabar con él para derrocar a occidente socavando la humanidad precisamente. 

¿Hay que hacerlas o hay que darles una salida fácil?

No se podría haber preguntado mejor. En serio. La acción es precisamente lo contrario de "salir de la verdad". La acción es, aquí y tal como está dicho, lo contrario de engañar. Y dos mundos que antes parecían distantes están bien confrontados, supeditando claramente uno al otro. ¡Cuánto habría que hablar sobre este pequeño detalle! 

En el fondo, lo que dice precisamente es que "el gran acuerdo en el que viven los muchos sosteniendo su divergencia con aparente convergencia" no es más que un engaño, del que todo el que quiera puede participar. Y que, además, es fácil. Muy fácil. No es otra cosa que vivir aparentando que se es, sin más. Y, en esa medida, en tanto que no se aparezca ante los demás y no sea visto quien vive, ahí, en lo escondido, hacer y vivir cualquier cosa. En lo escondido, sin apariencia, sin estar ante otros que nos vean, entonces todo vale. Precisamente lo contrario, dicho sea de paso, de las afirmaciones más contundentes del sermón de la montaña de Jesús en el evangelio de Mateo. Pero esto es para otro día. 





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