lunes, 15 de noviembre de 2021

CRITÓN. Día 30. (Platón, 48d - 49a)

El modo de proceder en el examen será el siguiente. Habla Sócrates y Critón interrumpe si cree que debe interrumpir. Se me ocurren muchas formas, bien diversas de hacerlo. Supongo que a cualquiera. En ocasiones suceden estas interrupciones en los diálogos platónicos, pero no son tantas. Se pueden contar. Este corte en la argumentación bien podría ser respondido con un "espera que lleguemos al final y me cuentas luego". Lo importante es la situación de escucha, que convierte a Critón en un discípulo realmente, pero con capacidad para la palabra. 

Dicho de otro modo, mientras estés de acuerdo, guarda silencio. Sócrates lo dice de forma más graciosa, como si Critón le estuviera machacando continuamente con una frase "repetitiva". Pero, con todo, es interesante que lo sitúe en el orden de la "voluntad de los atenienses" y la "voluntad del amigo". A la primera, que es general, solo puede responder de modo general. En el caso de la segunda, como se trata de una persona y directamente con una persona, sí cabe la persuasión, la búsqueda dialéctica de la "homología", del "acuerdo". 

¿Hacia dónde se va a dirigir Sócrates? 

Mira si te parece que está bien planteada la base del razonamiento e intenta responder, a lo que yo pregunte, lo que tú creas más exactamente. 

ὅρα δὲ δὴ τῆς σκέψεως τὴν ἀρχὴν ἐάν σοι ἱκανῶς λέγηταικαὶ πειρῶ ἀποκρίνεσθαι τὸ ἐρωτώμενον  ἂν μάλιστα οἴῃ.

A lo que Critón responde. 

Lo intentaré. 

ἀλλὰ πειράσομαι.

De la primera parte, sorprende la repetición socrática frente a la critónica. Es una ironía. Una más. El que más repite, sin lugar a dudas, es Sócrates. Una y otra vez lo mismo. Sin cansarse. Y ahí está su fuerza. Va calando. Es la "base del razonamiento" lo que interesa. 

Y Critón, tan brevemente, se pone en sintonía ya con Sócrates. El mismo que dijo que había que intentar aquello que se aceptara como verdad. En el caso de que algo fuera verdad, habría que intentarlo. Porque la verdad tiene esa dosis de obligación y requerimiento, de demanda, de algo más que petición. Y ahí se sitúa. Tan breve, pero tan sentido. Se contagió, por así decir, de la voluntad de Sócrates. 

Tres voluntades, de momento. Si no cuatro o cinco, en este diálogo. Pero la voluntad de Sócrates y Critón están alineadas con la "voluntad del discurso" que se presente como verdad, al menos para intentarlo. ¿Coincidirá esta voluntad también con la de los atenienses? ¡Sería una enorme sorpresa!




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