miércoles, 8 de septiembre de 2021

Siempre variedad, muchos temas para un día

(1) Los días van cargados ya, en todos los sentidos. Más la gestión general de tiempos, entregas y reservas que hay que hacer. De aquí al final queda trecho, lo cual no es nada más que una consideración que vaya usted a saber en qué queda con tantos líos. La evidencia es que si no es por esto, será por lo otro. Esto va de momentos únicos. Y cada momento reclama la máxima atención y el mayor compromiso. No puedo decir más. 

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(2) Le he dicho a muy poca gente que estoy estudiando los Sapienciales como nunca en la vida. Son unos vetustos y distantes escritos que se guardan en la Escritura con extraordinario disimulo. Me temo que muchos ni siquiera los conocen, aunque repitamos muchas de sus frases o similares. Son auténticas joyas, que no sé qué hacen ahí llenas de polvo. Además, acercarse a ellos está suponiendo para mí la más sincera admiración por muchos traductores. Se ha reeditado una Biblia recientemente que estoy por comprar como elogio y gratitud, sin más. A parte de que está cuidada su edición y la traducción me agrada. El inicio mismo del libro de Proverbios es enmarcable. Conocemos dos frases. No se ha meditado lo anterior todo lo suficiente. El primer salmo, para dedicarle tiempo. Qohelet empieza sin dilación, como con prisa. Sabiduría es para más adelante. Y algo de Ben Sirá tiene mucho que ver conmigo en este tiempo. Por ejemplo: "Mantente en compañía de los ancianos, adhiérete a su sabiduría. Procura escuchar cualquier explicación de lo divino, que no se te escapen los proverbios inteligentes." Con todo, cada día cuando lo estudio, os lo creáis o no, resuena en mí la voz del profesor que me abrió la inteligencia a estos Libros. Creo que leo aún en su tono. 

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(3) Hay cosas que quitan el sueño y otras que dejan sin dormir. A ver si me explico. Físicamente, mentalmente, espiritualmente no tienen nada que ver. 

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(4) Le hice una consulta a un experto hoy por la mañana -que no es hoy, claro, porque esta entrada está programada- al que admiro profundamente. Twitter es maravilloso. Hace posibles cosas rarísimas, como que la gente hable. Estoy a la espera. Aunque a lo mejor cuando se publique esto mi duda está resulta. No tengo acceso al texto original y no sé si es un error de traducción o directamente es que el autor está equivocado con su apreciación. Para que sea verdad lo que dice hace falta, como mínimo, una negación en algo. A la espera. Y espero no equivocarme, porque si no rebajará mi estima por ese filósofo que tanto admiro. Sería doloroso. 

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(5) Si todo ha ido bien, el lunes he publicado un artículo muy esperanzador sobre la polarización desde (no "en") las redes sociales. Mi tesis es la siguiente: las redes sociales son estructuras que no responden por sí mismas a nada, solo generan condicionantes en un espacio, pero no configuran las relaciones; es más, las posibilitan. Lo cual quiere decir que el fenómeno de la polarización no es digital, ni mucho menos. Responde a un proyecto que le antecede, y mucho, en el tiempo. Ahora bien. No estaríamos hablar de polarización, y siento decirlo así de crudamente, si no nos dejásemos polarizar como sociedad, es decir, si no entrásemos en la "guerra cultural" que tanto se proclama y fuéramos consecuentes en todo con un poco más de vida cotidiana y desgaste por el prójimo por delante. La ociosidad que tanto mal está haciendo, porque genera pereza y distracción social como hábitat en el que muchas personas están creciendo, lleva a "matar moscas con el rabo". La esperanza está en que siempre es posible revertir la situación y apearse de lo radical. No dejarse polarizar, como mandamiento. O lo que es lo mismo, "no matarás", sin más. 




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