martes, 21 de septiembre de 2021

ÉTICA A NICÓMACO. Libro I,6 (Día 10)

Aristóteles ha comprendido algo bien, bastante bien de los platónicos. 

"Se puede suscitar una duda acerca de lo dicho, porque los argumentos (de los platónicos) no incluyen todos los bienes, sino que se dicen según una sola especie los que se buscan y aman por sí mismos, mientras que los bienes que los producen o los defienden de algún modo o impiden sus contrarios se dicen por referencia a éstos y de otra manera. Es evidente, pues, que los bienes pueden decirse de dos modos: unos por sí mismos y los otros por éstos."

La cuestión es tan amplísima que es imposible hacerse cargo de golpe de ello. Digamos, resumiendo mucho, que podríamos tratarlo como algo absoluto y algo relativo. Y lo relativo ya sabemos que puede ser de muchas maneras, otra vez. Lo absoluto, en principio, no. Y pide ser por sí mismo, independientemente de todo lo demás, aunque quepa relación con todo lo demás. Pero si es absoluto, lo debe ser por sí mismo. Si no, cae dentro de lo propiamente imperfecto en tanto que debe una parte de sí a otro. La búsqueda de lo absoluto, dado que nos encontramos tan familiarmente rodeados de todo lo relativo, es una pregunta clave para toda la filosofía. Si es posible, dicho en otros términos, frenar la cadena de relaciones y derivaciones, de deudas del ser de uno concreto en otro concreto pero absoluto. 

Tomando en serio lo que dice Aristóteles, sería algo así como: hay muchos bienes y, empiece casi por donde empiece, me llevarán a otros, no me dejarán quedarme en ellos, porque internamente, esencialmente, o bien derivan o bien relativizan su posición en la propia experiencia de quien lo vive. Es hermoso contemplar el mundo así. Como tanto movimiento. Porque serían, y esto ya sabemos que es uno de los grandes problemas de todo lo que dirán, sus esencias son dinámicas obligatoriamente, diga lo que diga a la hora de escribir.  

Fuera de Aristóteles. Como días atrás. ¿Qué es lo que realmente ocurre? ¿Qué muestra eso que vivimos inmediatamente? ¿Se trata de bienes? ¿Se trata de bienes que van más allá de sí mismos? ¿Refieren, piden ir hacia algo más? 

Es sorprendente la conexión, y no me canso de repetirlo, entre cosas del mundo y fines, que son bienes. Eso Aristóteles tiene que mirárselo bien. Y me encantaría disfrutar de su contemplación de lo bello. Puede estar más en lo cierto que yo mismo o decir algo sobre la relación entre mirar y mirada, que no deja por escrito y a lo que está incitando. A lo mejor su Ética es precisamente esta. La de lee, lee y que vaya calando. 

Continúa en la diferencia entre los bienes por sí mismos y por otros. Si hubiera muchos bienes "por sí mismos" se perdería el encanto, creo yo, de buscar entre los que van más allá, al ganar inmediatez. Lo que planteo a mis alumnos en clase, por decirlo claramente, es la conexión real de la persona con el bien más allá de todo lo demás y frente a todo lo demás. Es eso lo que empuja, en verdad, creo yo, a buscar bienes donde a lo mejor ni los hay, en un primer momento. Y albergar así la esperanza de algo mayor, de la posibilidad real de ese bien. Pero en esa búsqueda también sorprende lo contrario. El engaño y todo lo demás. 

Y vuelvo a decir que el hecho de decir que hay bienes, sin explicar qué es el bien, me parece una trampa de niños pequeños. Y si bien se decir como "ajuste" o "adecuación", es decir, como mera relación sin nada más, entonces creo que es todavía más perezosa la expresión del sabio antiguo que quiere separarse tanto tanto de su maestro que termina por darle la razón girando sobre la realidad. No puede ser algo, en verdad, de este mundo. Por mucho que quiera mundanizarlo. 




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