La verdad es para la contención, exige y reclama moderación. Por eso la atención es fundamental, para soportar la incomparable tensión de la disolución de cualquier realidad en cualquier cosa, en lo cualquiera e indiferente a todo, de lo que no se puede reconocer no que está. Es decir, no la verdad sino la búsqueda de la verdad, hacer el camino que nos conduce hacia ella, sin descanso. Lo otro sería la confusión. Es decir, la unión de todo en uno sin distinción, el sometimiento a lo absoluto, su disolución en él dejando de ser, sin ser siquiera. En la confusión no hay unidad ninguna porque no hay relación. En la búsqueda de la verdad, la búsqueda de la relación adecuada resulta decisiva, para no parcializarse, para no resquebrajarse. La búsqueda de la verdad convierte la razón en tan amplia como limitada, en moderada. Y no pocas veces esto empieza en formas parecidas al escepticismo en las que, sin embargo, no se detiene por no encontrar en ellas lo que busca realmente.
Vuelvo al texto, sin haberlo abandonado. Sócrates pregunta algo tan común y evidente que refleja la situación en la que toda persona está clavada, sin poder salir. Solo alguien muy ingenuo o muy malévolo puede creerse al margen o engañar a otros para que estén al margen. De hecho, aunque las tensiones de la realidad se puedan conocer de múltiples formas, bajo esta forma están todas continuamente y siempre, siempre es pregunta adecuada. Otras no, pero esta sí. Y siempre será clave, importantísima y fundamental.
λέγεις δέ τινας, ἔφην, ὦ Πρωταγόρα, τῶν ἀνθρώπων εὖ ζῆν, τοὺς δὲ κακῶς;
En español es meridiano que vida buena y buena vida no tienen por qué ser lo mismo. Ni de lejos. Mala vida y vida mala, exactamente igual. Y, además, suelen ser rumbos diferentes. Y aquí "vida" no es tampoco un "pasar los días" o un "respirar" o un "estar vivo", sino el verbo "vivir" que tiene de activo mucho más que de pasivo. Porque se piensa la vida solo en pasivo, como don. A lo cual no le falta razón, porque no se posee. Sin embargo, como no es automática propiamente hablando sino también un darle forma como hace el alfarero, el vivir es igualmente una acción. Encaminada, por lo tanto, como cualquier otra actividad humana, pero englobando todas las actividades humanas, hacia el bien o hacia el mal. Lo cual supone una claridad que, en cuanto pensamos, no poseemos nada más que con intuición y criterio. Esto hay que meditarlo muchas veces. Y no hacer como Protágoras que solo responde "sí".
Aquí se pregunta sobre algo que es imposible reconocer, que sería una estática "vida", casi acabada, sobre la que sentenciar "buena" o "mala". El recorrido que tiene esta "eu-zoé" es enorme. Evidentemente, decir felicidad rápidamente es un error de juventud, que socaba toda búsqueda realmente profunda de lo que pueda significar. Porque claro que nadie renunciaría a la felicidad, en los términos comunes en los que nebulosamente se habla, salvo que se pare a pensar un rato, decida posponerla y tomar distancia, considerar qué puede ser y, lo que asusta aún más, cómo se puede llegar a ella, en el caso de que se pueda llegar a ella. Pero aquí no se habla de felicidad sino de "vida buena", más que "buena vida". La rebaja y disolución de la "vida feliz", en la que cabe todo y no se enfrenta a lo decisivo, sino que pretende situarse de reojo a lo fundamental, es lamentable. Por supuesto, no estaba en el ánimo de Aristóteles, supongo. Aunque su tentativa de naturalizarlo todo ha dado de sí formas bien diferentes.
No he querido citar a nadie, sigo sin hacerlo. ¡Contente! (El otro día leí un artículo en el que Platón contradecía a Kant. No digo más.)
El criterio que se establece para diferenciar "bueno y malo", porque se necesita uno pensable para realmente hablar de ello más allá de la intuición inmediata a la que le ponemos palabras, es la todavía más común consideración sobre el dolor, que tantas veces decimos sufrimiento, intranquilidad, incomodidad... Y es que Protágoras dice lo que todos dicen sin pensar: que alguien que bajo el dolor no tiene una vida buena; que alguien que tiene una vida buena es quien vive agradablemente, como disfrutando de las cosas. Y esto, que es ciertamente lo que muchos piensan, ni de lejos es verdad, ni de lejos. Pero Protágoras no quiere pensarlo, o está ya el distante mundo de las ideas y de la perfección, a diferencia de Sócrates que está aquí, encarnado, tan abajo, tan en la tierra, en el barro.
Volviendo al texto, repasando.
¿Consideras, Protágoras, que algunos hombres viven bien y otros mal?
Sí.
¿Te parece que un hombre vive bien, si vive apenado y dolorido?
No, dijo.
¿En cambio, si concluye su existencia tras vivir agradablemente, no te parece entonces que ha vivido bien?
A mí, sí, dijo.
El vivir placenteramente entonces es bueno, y el vivir a disgusto, malo.
Siempre que viva gozando de cosas buenas, dijo.
¿Qué pasa, Protágoras? ¿No coincidirás tú con la gente que...?
En griego, así:
λέγεις δέ τινας, ἔφην, ὦ Πρωταγόρα, τῶν ἀνθρώπων εὖ ζῆν, τοὺς δὲ κακῶς;
ἔφη.
ἆρ᾽ οὖν δοκεῖ σοι ἄνθρωπος ἂν εὖ ζῆν, εἰ ἀνιώμενός τε καὶ ὀδυνώμενος ζῴη;
οὐκ ἔφη.
τί δ᾽ εἰ ἡδέως βιοὺς τὸν βίον τελευτήσειεν; οὐκ εὖ ἄν σοι δοκεῖ οὕτως βεβιωκέναι;
ἔμοιγ᾽, ἔφη.
τὸ μὲν ἄρα ἡδέως ζῆν ἀγαθόν, τὸ δ᾽ ἀηδῶς κακόν.
εἴπερ τοῖς καλοῖς γ᾽, ἔφη, ζῴη ἡδόμενος.
τί δή, ὦ Πρωταγόρα; μὴ καὶ σύ, ὥσπερ οἱ πολλοί, ἡδέ᾽ ἄττα καλεῖς κακὰ καὶ ἀνιαρὰ ἀγαθά;
No es una cuestión de formas, sin más. Pero el "sí" y el "no", bien claros, ayudan mucho. Ojalá con la vida, que en el fondo es lo que realmente importa, se pudiera decir del mismo modo. Lo que Protágoras está diciendo lo está diciendo sin querer, pero lo está diciendo: la sabiduría de la vida es práctica, no teórica. Porque en teoría puede estar claro y, sin embargo, la cosa cambia en cuanto se pasa a "dirigir" la propia vida.
Insisto, no es una cuestión formal, ni en apariencia. Va la vida en ello. En el último subrayado que hago se puede notar una distancia, que el traductor ha llamado "existencia", porque no son lo mismo. Atención al dato, a cómo se aborda la cuestión. Porque el giro está dado, como arriba ya había apuntado.
Con mucha ironía, y aquí lo dejo por ahora: ¿No serás tú Protágoras como esos muchos que piensan que...? ¿No serás uno de ellos siendo tú el que dice ser sabio y enseñar a otros, ignorantes ellos y pobres dispuestos a empeñarse si fuera necesario, el bien como prueba de la sabiduría y hacer buenos con la sabiduría a otros que son, claro, malos? ¿Va de esto, Protágoras?
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