viernes, 16 de julio de 2021

PROTÁGORAS. Día 68. (Platón, 341c - 341e)

Ayer se presentó "lo difícil" como tema. Después de hablar de si esto o aquello es difícil o no, lo de siempre: alguien se para, toma distancia y se pregunta qué está pasando aquí. Una primera llamada a todo lector sería igualmente darse esa pausa que puede hacer para reflexionar a qué llamamos habitualmente "difícil" y qué es, por qué es así y qué comporta. Más directamente, cómo lo vivimos, es decir, cómo vivimos la dificultad, cómo se presenta la dificultad y cómo la afrontamos, si es que lo hacemos o si es que no queda otra en la vida que vérselas con ella. 

Intuyo que por ahí van más bien los caminos. Vivir es inevitablemente vérselas con la dificultad o que la dificultad se las vea con nosotros. No lo digo con orgullo alguno. Es que no sé bien qué es, de momento, lo primero. Y pediría que lo pensásemos antes de hablar. 

La primera pregunta es qué es aquello a lo que llamamos difícil. ¿Se trata de pretender algo, algún objetivo, y que la acción se frene? ¿Un obstáculo? ¿Se trata de algo que en nuestro plan no estaba contemplado y que lo retarda o lo impide? ¿Un problema inesperado? ¿Se trata de nuestra ignorancia de la realidad, que nos parecía de otro modo y ahora se muestra como es, quizá porque en la acción vemos de otro modo la realidad por la cercanía y trato que comporta? ¿Se trata de algo que requiere nuestro esfuerzo, a diferencia de la vida normal que no exige nada de esfuerzo por nuestra parte? ¿Hay algo que no sea difícil para la persona, así en general? ¿O todo se trata de algo difícil, en mayor o menor grado? O al revés, ¿todo es fácil, algunas cosas más fáciles y otras menos fáciles? ¿Lo difícil señala lo deseable, pero inalcanzado o hasta inalcanzable? ¿Qué es lo difícil? 

Antes de que nadie diga nada de nada, tiempo para pensar. Lo de después será reflexión. A posteriori. No queda otra tantas veces... Pero hagamos el esfuerzo esta vez, tal y como comenzaba el diálogo. 

Si lo difícil es aquello a lo que llamamos vida o aquello a lo que llamamos obstáculo para la vida. Y si entonces la vida es bien y lo demás mal. O algo así. Cada cual debería hacer este esfuerzo. Enfrentarse a lo que no es, ni de lejos, evidente por mucho que lo hayamos vivido cientos de veces, sin aprender del todo todo lo que nos enseña vivir. 

Vuelvo al texto. Sócrates le pide a Pródico que intervenga y hable. ¿De qué hablamos cuando Simónides habla de "difícil"? Y Pródico responde: "A un mal." Y ahora lo muy difícil de entender, en verdad: Entonces Simónides critica a Pítaco que Pítaco diga que ser digno es un mal. 

Ya está la confusión hecha. Y quieren cargarla sobre quien habla desconociendo la lengua. Así que Pródico interviene para matizar lo que antes ha expresado muy rápidamente: No se trata de "mal" como si lo difícil fuera "malo", sino aquello que es contrario a lo que se hace fácil y "se hace con apuros". 

Por lo tanto, lo difícil es una acción, vinculada al mundo de la acción, es decir, de la persona en una dirección, en una tendencia, en una tensión que no alcanza de primeras y cómodamente, sino que comporta trabajo y actividad incómoda, sin garantizar el éxito, la buena salida. En este sentido quiere decir "difícil" el poeta. Muy próximo, por tanto, a lo que es la vida cotidiana. Donde todo aquello que se hace se hace con cierta dificultad. Algunas veces se supera para siempre, otras es como una barrera que permanece sin que se encuentre salida posible a ella, sin resquicio, sin apertura, sin más allá, como imponiéndose tan directamente a la persona que en su violencia frena toda la acción pese a cualquier otra aspiración que pretenda dar un paso más. Un impedimento en ese sentido. Una clausura total. No hay más. No se puede cruzar. No se puede avanzar. Es el fin. Aunque la persona siga pensando que no es así, aunque la razón indique algo diferente, aunque sea imaginable otra opción, otra posibilidad, y no meramente la imposibilidad radical de algo diferente a la dificultad en sí misma. 

En lo anterior parece que hablo de "lo imposible" más que de "lo difícil". Porque "lo difícil" es, por definición, superable de alguna manera, quizá exigente hacia la persona porque demande salir de rutinas, hábitos, respuestas fáciles y cosas por el estilo. Pero no imposible. "Lo difícil" es esta cara inesperada de la realidad que lo más probable es que nos esté enseñando que hay en nosotros algo a lo que no habíamos prestado atención, no habíamos considerado, no hemos normalmente requerido. Y esa búsqueda ante "lo difícil" es una vuelta recapacitadora sobre uno mismo. 

Bien pensado, lo "fácil" es solo propio de dioses y todo lo humano, en tanto que vida, es "difícil". Curiosamente entonces, en esta vuelta, lo difícil es lo más propio de la persona, aunque resulte costoso incluso aceptarlo, mientras lo fácil será lo más alejado de nuestra condición, de nuestro ser. 

Insisto en que no intento explicar a Platón, ni hacer un comentario de texto, ni nada por el estilo. Esto es más bien un pensar a propósito del texto, un volverme a la escuela con la libertad que da el saber que puedo pensar, aunque sea torpemente, no para repetir lo que otros dicen saber, sino para saber algo de lo que no sé y encontrar y vivir algo de verdad en todo esto. Sin duda Platón lo permite, no como tantos otros que han venido después. 

Sócrates está de acuerdo con Pródico. Lo de antes ha sido una exageración, quizá para mostrar por qué camino no entender las cosas y prevenir de un uso de las palabras al modo como precisamente Pródico suele hacer. Una crítica y una corrección sanadora "en su propia cara" de la que parece que Pródico no se ha enterado, dada la dulzura del interlocutor. 

"Solo un Dios puede tener tal dominio."

θεὸς ἂν μόνος τοῦτ᾽ ἔχοι γέρας,











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