Los temas no cesan. Salen una y otra vez nuevos asuntos que observar, clarificar y comprender, de modo que lo pequeño se hace grande o lo grande se hace pequeño. Tanto lo pequeño como lo grande resultan problemáticos de contemplar. Con cada tema nuevas oportunidades. Parece que se dilatan a pesar de la intención de contenerlos, que se resisten a ser atrapados. Aunque van dejando su estela formando escuela.
Sócrates, tras la crítica de Protágoras al poeta por su contradicción, reclama que Pródico, que es de su patria y artes, intervenga con alguna de sus famosas distinciones. A esto se dedicaba el sofista. Por ejemplo, a aclarar que no es lo mismo querer que desear. Y así, mientras va hablando, llega Sócrates al punto central, que tanto recorrido filosófico ha tenido y que ahora nos puede parecer lo más evidente del mundo: no es lo mismo "ser" que "llegar a ser", luego no hay contradicción en el poeta y sí mucha ignorancia en Protágoras, que no ha sabido atender este detalle tan significante.
ταὐτόν σοι δοκεῖ εἶναι τὸ γενέσθαι καὶ τὸ εἶναι, ἢ ἄλλο;
La disertación se me puede ir de las manos. No sé si es asunto relevante para este momento tratar el "ser" y el "llegar a ser", junto a los contrarios "no ser" y "no llegar a ser". El último, por cierto, es el menos investigado de todos, pero es una pieza esencial, quizá la más interesante de ver en conexión con todo lo demás. El de la posibilidad negativa, el de la negativa posibilidad. Pero también está escrito ahí otro asunto que es fundamental para la pregunta: ¿Te parece que...?
Usando las artes de Pródico, que habitualmente despiertan aplausos, se sale del embrollo sin más complicaciones. Lo misterioso es, en todo esto, lo vinculado al tiempo y lo vinculado de la vida con el tiempo. El trasfondo ético de esta metafísica, por decirlo fácilmente, que se deja oscurecer al poner el énfasis en lo ontológico: el hombre de bien y ser digno.
A cualquiera le parecerá, más como a Pródico que como a Protágoras, que es difícil "llegar a ser" e no es difícil "ser" cuando se ha alcanzado "ser". Sócrates incluye, de este modo, una distancia o coloca un inicio en el ser que no es el aparecer en el mundo. Hay un camino que recorrer hasta el ser y, una vez alcanzado, se preguntará si es fácil o no permanecer en él. Por lo cual no habría corrección alguna al poema del clásico. Dicho en términos de sabiduría, es difícil alcanzarla, pero no es igualmente difícil permanecer en ella. Para lo cual Sócrates recurre a Hesíodo, en una de las primeras utopías de la historia de la humanidad. Vuelvo a otro ejemplo, quizá ridículo: es difícil llegar a ser un ciclista, que sería algo así como saber montar en bicicleta, pero una vez alcanzado el ser ciclilsta es más fácil permanecer siendo ciclista que dejar de serlo, o siempre quedará algo. Es decir, por repetirlo de otro modo, la dificultad del llegar a ser, en forma de esfuerzo, sudor o lo que sea, no es comparable o es otra dificultad distinta a la de permanecer en el ser, en el saber que sea, en el bien alcanzado. Lo cual me parece certero. Aunque no tanto, si se ve en su conjunto. Lo difícil, sin más, es vivir. Y alcanzar un saber no es alcanzar la vida.
Pródico elogia a Sócrates. Es decir, Pródico se elogia a sí mismo y piensa, a buen seguro, que Sócrates se ha fijado en su arte y ahora la utiliza, porque la ha aprendido a las mil maravillas. Sin darse cuenta de la ironía, porque comienza usando sinónimos para ganar su atención y se desvía de ellos muy rápidamente. Pero esto es otro cantar. Solo ese detalle de fina literatura platónica que queda habitualmente sin comentario. Sócrates usará a buen seguro el aplauso de Pródico para pensar que hay algo que revisar en lo que ha dicho pues no puede haber homología tan pronto, con dos o tres frases. Y o bien él no se ha expresado adecuadamente, o bien Pródico no ha entendido nada de nada.
Sin embargo, por el momento ha salido del jaleo que se había montado en torno a la poesía. Protágoras recupera el protagonismo y vuelve con más argumentos sobre lo que ha dicho Sócrates. Como respecto del poema anterior ya ha tropezado, ahora comienza su comentario a partir de la cita de Hesíodo. Espero que los que escuchen se den cuenta de estos movimientos, nada sutiles pero sí eficaces para distraer, y vayan aumentando su precaución en ulteriores exposiciones.
Seguimos.
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