lunes, 5 de julio de 2021

PROTÁGORAS. Día 57. (Platón, 334a - 334d)

Hay cosas buenas. Muchas cosas buenas. Pero no todas las cosas buenas son buenas para todos, ni en todo momento. Ni siquiera todas las buenas son útiles. O algo así. Es Protágoras quien habla. A quien Sócrates ve ya cansado y con quien usa suavidad. Digamos que Sócrates quiere, en lo concreto, ser bueno para Protágoras. Léalo bien el lector, que estas cosas se pasan por alto. Lo bueno no siempre es útil. Y Sócrates persiste en hacer bien a Protágoras. Se supone, porque todo el diálogo va sobre esto, que Protágoras quiere también hacer bien a sus discípulos y puede que incluso a Sócrates. Insisto. Léalo bien el lector. Léalo en su contexto y no lea solo las letras. Lea entre ellas. En lo que sucede. 

Sócrates pregunta: "¿A qué llamas tú bueno?" Aunque en relación con lo útil, por si lo bueno es útil o hay cosas inútiles que son buenas también, o sus contrarios mutuos.

Protágoras -esto lo pongo en parte yo, que ya estoy muy metido en el diálogo- suspira, toma aliento, mira a un lado y a otro a los que hace un momento estaba dispuesto a criticar y tratar como inútiles -véase el paralelismo- y comienza su detallada descripción aristotélica de sustancias y accidentes, y cómo unas a unos parecen ser provechosas en ocasiones, pero no a todos, y cómo otras parecen no ser provechosas para unos en ocasiones, pero sí para otros. Y en toda su larga intervención va haciendo un repaso naturalista de curiosos ejemplos para un historiador, un biólogo, un médico o un carpintero. Se dedica con ahínco a eso, a ver partes y relaciones que en apariencia son útiles. 

Al término de lo cual, los asistentes rompen el silencio y aplauden. Por fin tiene algo de "paga" en todo lo que lleva de diálogo. Por fin, un reconocimiento más, un aliento para seguir adelante. Por fin se dice qué es lo importante de Protágoras y se vuelve al inicio. Protágoras es aplaudido "por lo bien que hablaba". ¡Qué frase tan demoledora!

εἰπόντος οὖν ταῦτα αὐτοῦ οἱ παρόντες ἀνεθορύβησαν ὡς εὖ λέγοικαὶ ἐγὼ εἶπον:

Puede que Platón tenga un arte especial para escribir por el que ha pasado a la historia. Pero una vez más, un contraste que en castellano está traducido peligrosamente por "hablar bien" en paralelo con las "cosas buenas" que hay en su intervención. Y no, no se dice tal cosa, ni se emparenta a Protágoras con el bien propiamente. Sin más, su elocuencia. Sin más, por tratar bien las palabras. Pero no el bien. Del bien -y si es necesario hay que repasarlo- no ha dicho nada. Lo ha escabullido con casos y casos, con ejemplo tras ejemplo, con supuesto matiz tras supuesto matiz, percepción tras percepción, y todo lo que ha dicho es algo sabido por los allí presentes como lo más básico. Y se aplaude solo eso. Lo bien que dice lo que todos saben. ¡Qué grande es Platón! ¡Qué forma de, con un aplauso, encerrar a su personaje -por salvar a Protágoras, si es que lo necesita- en sí mismo, para sí mismo, consigo mismo! 

Y, sin terminar esa frase, Sócrates: "Y yo dije."

Y Sócrates viene a decir que es incapaz de seguir lo que dice, por extenso, si es que se trata de un argumento. Que no lo es. Y haciéndose el sordo le pide que levante un poco más la voz. Es decir, que sea breve. 

ὦ Πρωταγόρα, ἐγὼ τυγχάνω ἐπιλήσμων τις ὢν ἄνθρωπος, καὶ ἐάν τίς μοι μακρὰ λέγῃ, ἐπιλανθάνομαι περὶ οὗ ἂν ᾖ ὁ λόγος. ὥσπερ οὖν εἰ ἐτύγχανον ὑπόκωφος ὤν, ᾤου ἂν χρῆναι, εἴπερ ἔμελλές μοι διαλέξεσθαι, μεῖζον φθέγγεσθαι ἢ πρὸς τοὺς ἄλλους, οὕτω καὶ νῦν, ἐπειδὴ ἐπιλήσμονι ἐνέτυχες, σύντεμνέ μοι τὰς ἀποκρίσεις καὶ βραχυτέρας ποίει, εἰ μέλλω σοι ἕπεσθαι.

Con todo, qué importante es esta desmemoria que se cita a sí misma como defecto al inicio -y al final- para conocerse a sí misma y superarse en búsqueda de la virtud. Así que ojo. Una vez más, leamos con calma la petición de Sócrates a Protágoras, que, como enfermo necesitado de médico, le está pidiendo a él que sea su medicina, al mismo tiempo que -qué curioso- Sócrates quiere corregir a Protágoras para que no se pierda en las larguras del ser y se centre en la importante brevedad que deben adquirir algunas respuestas. Repito. Sócrates desmemoriado quiere curarse y para ello necesita de Protágoras, quien, a su vez, debe curarse con la acción socrática. Es decir, ambos tan íntimamente relacionados que, tratando uno con el otro, ambos alcancen la sabiduría. Y así un día y otro día, de los míos, aunque en su caso sucediera todo en el mismo tiempo. 

Suma y sigue. Con calma. Espero que se comprenda, aunque no me esté esforzando en decir con claridad ninguna de estas cosas que van surgiendo. 



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