domingo, 20 de junio de 2021

PROTÁGORAS. Día 42. (Platón, 329c - 329d)

Sócrates pregunta si la virtud es "una cierta unidad" con "partes". Algo que, de primeras, puede sorprender. Qué más da meterse en este jardín tan complicado. Supongo que muchos, al llegar a este punto o similares, han cerrado el libro o han desconectado. Sin embargo, es crucial. En clase, a mis jóvenes alumnos, les pongo este ejemplo, sacado de la vida cotidiana con mis hijos pequeños. ¿Se pueden separar números y pares? ¿Se pueden separar, en ese bote de imanes con el que los niños juegan, letras y vocales? ¿O no?

En la vida cotidiana tratamos así los objetos que se nos presentan directamente, con una claridad que no tenemos para otras mayores, para las ideas. En ese mundo, que en gran medida Occidente debe su iluminación al maestro de Platón y a su esfuerzo por escribirlas, la ordenación no es tan sencilla. Un pequeño puede intentar separar números y pares o letras y vocales, pero la manipulación le dará la respuesta. Mis alumnos en clase tampoco dudan cuando se lo planteo abstractamente. Al menos no todos, de primeras. E insisto, esta claridad es fundamental para la vida. Porque lo primero que enseña es que existe una dimensión de profundidad en la realidad que lo ordena todo, de algún modo. 

Llevado a la vida social, el drama supone, por ejemplo, mezclar todo en un único plano superficializando toda la cuestión de las migraciones o ridiculizando la posibilidad del amor y la amistad social o trastocando la educación al manipular la importancia y situación en la que se encuentran la familia, el colegio y otras tantas relaciones. Y así un sin fin de temas en los que no quiero entrar explícitamente. Pero la reserva está hecha. Y sería interesante mantener la distancia respecto de las ideologías con esta simple pregunta: ¿En qué orden de realidad están hablando? ¿O no se dan cuenta de la existencia de esa profundidad de la realidad que hace que las realidades que se presentan formen parte de una misma realidad siendo partes o esclareciéndose en partes? 

Hablar de "partes" es más adecuado que hablar de "todo". Efectivamente, prefiero también "unidad" de la cual "se participa", "se es parte". Sin que esto tenga que dar lugar a sumas, ni multiplicaciones, ni escenas. Porque una parte, como en un cuadro, puede estar sin ser vista a simple vista al carecer de profundidad y reflejar una única mirada. Algo de lo que la persona es difícil que escape al tener siempre un único punto de vista a disposición, por mucho empeño que haga en lo contrario. El diálogo -qué intuición más profunda la socrática- es el que da profundidad al tema. En cristiano sería, sin paliativos, la oración sincera que incluye a Dios y su Palabra en la existencia. Es ahí donde gana profundidad real la consideración de toda persona respecto de cualquier tema que peligrosamente se presenta como plano o visto desde un único punto. Cuesta ver, pero con el tiempo se hace, que además la persona queda incluida en esta cuestión. Y que llegar al conocimiento de uno mismo es, ahora sí, el verdadero punto de partida para la consideración general, siendo al mismo tiempo el punto de llegada de una primera etapa. 

Lo de Protágoras es tremendo. Va y responde lo siguiente: 

Fácil es eso de responder, Sócrates, contestó, que de la virtud, que es única, son partes las que preguntas. 

Lo de fácil debe ser algo de los dioses, porque de fácil no tiene nada. Y una vez visto te puedes dar cuenta de la cantidad de errores que hay entre las personas. Fácil, si acaso, el juego de mis hijos pequeños. Pero ir así de directo hacia la virtud, no es tan fácil. A lo mejor es que Protágoras es muy humilde y no se da cuenta de su enorme capacidad y del tiempo que lleva llegar a una conclusión así. Un amigo preguntaba que si todo era uno, entonces dónde está la verdad. Y es lo que le va a ocurrir a Protágoras, aunque a Protágoras le da igual la verdad. 

Y Sócrates continúa su análisis de Protágoras. Porque se puede ser parte de diversos modos: como la boca de la cara o como las porciones de oro del conjunto del oro? 

Protágoras responde que como partes del rostro. 

Rostro, esa palabra que tantas resonancias tiene en muchas personas que hemos leído con agradecimiento y esfuerzo a Levinás durante años. Rostro, ahora lo entenderá mejor más de uno, como infinito, no como suma; no como totalidad, sino como infinito. 

Lo dejo aquí, que es domingo. Un abrazo a todos. Especialmente, diría yo, a los que no rompen la comunión y se hacen responsables de ella, y la sufren. No sé cómo expresarlo mejor. Me entiendo. 

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