martes, 13 de abril de 2021

Leyendo REPÚBLICA de Platón (31)

Comienzo en 349d hasta 350c. 



Se puso interesante y luminosa ayer la cuestión de la justicia respecto de sí y la relación con el otro. Y de la injusticia. Al final, tendremos que agradecer a Trasímaco su locura, para prevenirnos de ella. Aunque considero que no va siendo así dos milenios y medio después de aquello.  Toca seguir recordando a cada generación esto y mucho más. Pero ojalá esto pudiera aprenderse. Otra cuestión fundamental de ayer fue el "aventajar", el "plenificar". 

Sócrates cambia de tercio, aclarado el punto anterior siguiendo la línea hacia la que apunta Trasímaco. Así que puede adelantar algo más, sobre quien ejerce justicia o injusticia. Está claro que el verdaderamente "inteligente y bueno" será el injusto. Realmente, entenderíamos mejor "prudente", sensato o razonable, y "bueno". 

ἔστιν δέ γε , ἔφην , φρόνιμός τε καὶ ἀγαθὸς ὁ ἄδικος ,  

ὁ δὲ δίκαιος οὐδέτερα ;

¡Qué bien está conociendo Sócrates a Trasímaco! ¡Qué claro y previsible se ha vuelto tan peligroso enemigo! ¡Qué curioso! 

Pero aquí "los que son" quiere decir que " se asemejan entre sí", "se parecen entre ellos". ¿Será porque se asocian, porque lo uno precede a lo otro y conduce a lo otro en una relación casual, de orientación? ¿Conduce la prudencia y la bondad a la injusticia? ¿O cambia la injusticia a las personas en buenas y justas? Una vez más, en qué "piso" de la conversación estamos, a qué nos referimos.  

οὐκοῦν , ἦν δ᾽ ἐγώ , καὶ ἔοικε τῷ φρονίμῳ καὶ τῷ ἀγαθῷ ὁ ἄδικος ,  

ὁ δὲ δίκαιος οὐκ ἔοικεν ;

La expresión es compleja. Lo que está tan atado, tan atrapado interiormente difícilmente se revela y muestra con facilidad o familiaridad. Requiere un adiestramiento, un esfuerzo por comprensión que no depende exclusivamente de las palabras que usen o de cómo se usen. Se puede decir esto o aquello, pero lo importante será ser capaz de llegar a la realidad en sí misma sin quedarse en los momentos del aparecer, aunque sin poder prescindir de ellos. Está claro. 

Son, por tanto, como aparecen, como se muestran, como se desvelan, en correspondencia como antes de dejarse de ocultarse o reservarse de la vista o comprensión del otro. Son, por tanto, simplemente como aparecen. Con lo que aparece cabe establecer referencias, que nos pueden sonar de algo previo aunque siempre aporten algo diferente. No son lo mismo, pero viajan juntos, conviven en ese mismo espacio del aparecer de forma similar. 

Trasímaco conecta bien con estas "reglas" por las que Sócrates dirige los previos, a modo de principios para luego estudiar casos particulares. De ahí, el ejemplo. Como un profesor que va poco a poco, ahora toda ver si en el ejemplo se mantiene el mismo rigor y si responde a la realidad común entre la que nos movemos. Insisto, como si sirviera de guía paso a paso, una pregunta sencilla, que en otro momento hubiera Sócrates dicho así: "¿Unos son músicos y otros no?" Aunque aquí lo expresa así: 

εἶεν , Ohmio Θρασύμαχε : μουσικὸν δέ τινα λέγεις , ἕτερον δὲ ἄμουσον;

Hay quienes tienen el arte y otros tienen no-arte. Unos poseen, otros carecen. Y, en su modo de aparecer, se distinguen a la perfección y nadie los confundiría. Es característico de los músicos escenificarse, mostrarse. Lo suyo está íntimamente conectado con eso precisamente. Su arte es "aparecer", sin más: teatralizar el ser. Lo hacen porque poseen este arte. 

Si tiene el arte, por tanto es inteligente, es "prudente" en tanto que "razonable". Esa racionalidad sabe ejercerla. Luego el tonto es quien no la tiene, al menos en esto. Unos tienen "razón" y otros "no-razón", unos disponen de ello y otros carecen, viven privados de ello.   

τὸν μὲν μουσικὸν δήπου φρόνιμον τὸν δὲ ἄμουσον ἄφρονα .

Se repite la carencia y la cantinela va calando. Unos son, otros no-son. Unos aparecen (realmente), otros no-aparecen (realmente). El bueno va de la mano del ser, el malo del no ser. En uno existe una aportación con contenido reconocible, en el otro el vacío, la negación, la nada. De lo que atrae, a lo que sustrae. Se mantienen en esta diferencia y tensión, repeliéndose. El justo por eso solo puede esperar del injusto que reste en él, que lo desgaste, que lo desoriente o que lo descabale. Nada más. 

Del médico, lo mismo. Y de todos los demás "oficios" que suele traer Sócrates al discurso y la argumentación, lo mismo. Ser y no-ser. Y, otra vez, el músico que en lo suyo no quiere competir con el músico, sino con el no-músico. En clara diferencia, querrá ser frente a lo que no es. 

Y, otra vez, en cualquier arte, en cualquier actividad. O el conocimiento se posee y se sabe ejercer, o no. Y se alcanza separándose de la privación en algún sentido y modo, y mostrando que es así y no de otro modo. 

El que desconoce, sin embargo, y quiere aparentar, solo puede hacer eso: aparentar que es siendo no-ser. Y solo aparentarlo. Porque en caso de poseer un arte no hablaríamos de "aparentar" sino de "mostrar", "aparecer", "expresar". 

Si la lógica no falla, entonces el conocedor de algo es sabio en eso, y el sabio es bueno. Luego el que es sabio y bueno no busca enfrentarse a lo semejante sino a lo contrario, a quien es tonto y malo. 

1, 2, 3... ¡Zas! Hemos llegado a lo contrario de lo que al principio propuso Trasímaco y ha sido Trasímaco mismamente quien ha llegado a la conclusión orientado por las preguntas de Platón, bien sencillas y él valiéndose por sí mismo, habiendo tenido la oportunidad de contestar otras cosas, pero dejándose llevar por la razón. La diferencia aquí estriba en que, según parece, ahora Trasímaco no ha partido de su "discurso aprendido", de la "opinión que creía tener", sino de las cosas mismas, de los oficios mismos en su aparecer. Así que, ¡justo lo contrario de lo dicho anteriormente! 

ἔοικεν ἄρα , ἦν δ᾽ ἐγώ , ὁ μὲν δίκαιος τῷ σοφῷ καὶ ἀγαθῷ ,  

ὁ δὲ ἄδικος τῷ κακῷ καὶ ἀμαθεῖ .

No ha sido Sócrates, sino Trasímaco. ¡Este muchacho es capaz de todo! De lo mejor y de lo peor. ¿Qué será de su vida con tanto desconcierto? Al menos así se ha mostrado que la "maldad" y la "tiranía" no pueden con él completamente, ni aunque lo haya deseado. 

Apuntemos este detalle: el tonto del principio, ahora es solo un ignorante; no era tonto, sino un sin-aprendizaje, un sin-discipulado, un sin-formación, un sin-cultivarse, un sin-ejercitar, un sin-examinar. ¡Queda dicho y hay que tomar buena nota de ello! ¡No era tonto, ni hace dos mil años largos, ni ahora, ni probablemente dentro de unos siglos! ¡Es solo ignorancia y nada más, que se ha descuidado! 

Es tan así, que ahora Trasímaco parece ya curado, parece que ya ha alcanzado el acuerdo, la "homología", esta forma de sensatez. ¡Gran paso! ¡Todo un salto! 

 

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