jueves, 1 de abril de 2021

Leyendo a Hans Urs von Balthasar (001).

Cualquiera puede empezar a leer a Hans Urs von Balthasar (1905-1988) cuando quiera y pueda. Especialmente si se desconoce el tamaño de la obra en su conjunto. El grueso son 20 tomos, ni pequeños ni ligeros, en torno a los tres trascendentales: belleza (7 volúmenes de Gloria), bien (5 volúmenes de Teodramática) y verdad (3 volúmenes de Teología); a los que sumar el epílogo en otro volúmenes y los 5 de Escritos, de los cuales el último no está traducido al español.  Hay que añadir, si se quiere leer todo, otros textos, libros y artículos. Conocer a Balthasar será siempre, además, algo diferente a leer todo. 

Aún así, con paz y paciencia, voy a intentarlo -esto se sabe cómo comienza, no cómo termina o si se podrá terminar- y compartir algunas anotaciones, preguntas y diálogos. Como quien lee sin saber y busca aprender. Sentarse a leer en la situación del alumno que nada tiene que enseñar a nadie y solo debe aprender lo más y lo mejor posible.  

No sé cómo escribía Balthasar, aunque tengo curiosidad. Está claro que hay un gran esquema general amplísimo, capaz de englobar teología, filosofía, artes e historia, con intuiciones profundas que se van explicitando en las diferentes partes haciendo valer cada vez con mayor fuerza la tesis general. Sin embargo, en ciertas páginas brillantes se condensan de modo especial las claves fundamentales y brilla con esplendor. Queda en mí, siempre con traducciones, la sensación de una prosa gigantesca y bella, más que una argumentación esquematizada. No quiere decir, sino que comunica impulsado por el deseo de mostrar, de poner delante de Dios mismo, belleza, bien y verdad.  

Sea como sea, esta vez no quiero leerlo rápido, ni hacer un resumen. Y ni mucho menos lo hago como alguien que sabe, experto en teología, filosofía o Balthasar. El método será entonces ir despacio, pensando (en el sentido más amplio posible) a partir de esta teología. 

¿Por qué Balthasar y no otras teologías? 

Pues no porque sea la única que haya que leer, ni probablemente la mejor. No tengo tanto criterio intelectual como para valorar eso. Simplemente porque me parece relevante para estos tiempos y, en cuanto a teología, me permite pensar innumerables asuntos que abarcan prácticamente todas las cuestiones de interés personal. Consciente plenamente de que, para otros asuntos y asuntos actuales además, hay que acudir a fuentes más diversas. Es decir, nada sectario, nada de reducción. Al contrario, diría yo. Balthasar es un buen trampolín para una formación más amplia y la necesidad de ampliar el estudio. 

Y por qué Balthasar. Porque habla de Dios. Y lo hace claramente. Y por su acento en la belleza. Y porque es difícil. Y porque permite discutir. Y porque está conectado directamente con el siglo XXI. Y porque todos los posteriores a él y todos los actuales lo conocen y lo deberían haber estudiado. Y porque es amplísimo. Y porque repite muchas cosas, para que no pasen desapercibidas. Y porque tiene un amplísimo conocimiento con horizonte filosófico y cultural. Y porque ama la música. Y porque no teme la mística. Y porque me parece absolutamente dialogante. Y por un pequeño libro, con claves fundamentales. Y porque es una teología densa. Y porque no esconde sus preguntas. Y porque busca responder. Y porque está traducido (gracias por este inmenso trabajo). Y porque está construido con orden. Y porque busca a Dios, encarnado en Jesucristo y con fuerte presencia del Espíritu, que ama la humanidad y cuida del mundo. 

No soy alguien que sabe mucho. Esto no es nada para ningún estudio superior. Hay muchos expertos, a quienes leo con enorme gratitud por sus esfuerzos. 

Hoy, 1 de abril de 2021, es además Jueves Santo. Preciosa coincidencia.  

Como tengo tiempo: 



No hay comentarios:

Publicar un comentario