lunes, 15 de marzo de 2021

Leyendo "República" de Platón (3)

Comienzo en 330a hasta 331b

La buena respuesta de Céfalo es contestada por Sócrates con una pregunta: "¿Has heredado la mayoría de lo que tienes o la has acrecentado tú?" Céfalo había dicho que las riquezas no son lo fundamental, pero las tiene. Y Sócrates quiere indagar en su respuesta un poco más. ¿Heredadas o trabajadas? 

La relación que se establece aquí entre lo material y lo que es de otro orden, por así decir, queda sin explicitar del todo. Pero sigue adelante. Céfalo contesta históricamente hablando, lo cual ya es interesante. No puede hablar de sí mismo, como nadie en principio, ni respecto de este tema, ni de otro. Es como si se quisiera medir la longitud del salto dado y se enfatizara la relatividad de la riqueza, señalando la diversidad de origen de donde puede proceder. Retornar sobre este origen, algo imposible paso a paso, sería mucho más interesante de lo que de primeras puede parecer. Ahí lo dejo. 

Según Céfalo, él se encuentra a medio camino, como ser intermedio, entre su abuelo y su padre. Su abuelo heredó y acrecentó, su padre heredó y disminuyó y él dejará, en su deseo, algo más de lo que heredó. Para Sócrates, la pregunta parte de una constatación: Céfalo no ama en exceso sus riquezas y, de paso, desprecia el carácter de los ricos que consiguen lo que tienen por su apego. Lo cual es muy interesante de percibir. Personas, en sentido amplio, que tratan cosas y personas con posesión, que se apoyan en las cosas para tratar a otros en calidad de inferiores y cuyo trato, finalmente, es difícil. Las cosas, evidentemente, no hablan, como hablan las personas. Pero se podría decir, imagino yo, que se percibe incluso respecto de las cosas el abuso que se pueda hacer de ellas. Pista para lo siguiente. 

En la siguiente cuestión, leída con cuidado, hay un poder atribuido a las cosas, a las riquezas que no puede pasar desapercibido en la relación: 

¿Cuál es el mayor beneficio que crees haber obtenido de poseer una gran fortuna?

Insisto en lo pensado, por si soy yo el que lee regular. El orden ha cambiado. Quizá no hay otra forma, o sí, de decir las cosas. La trampa está servida para cualquiera, porque aquí hay una humanización o divinización de la riqueza que no es única en la historia: considerar que las cosas dan beneficios significa que las cosas puedan hacer un bien que, en principio, a toda razón mínimamente despierta se le antoja imposible directamente. 

Una vez más, el interlocutor de Sócrates no duda y se lanza. Lo hago notar, porque incluso leyendo un diálogo no se suelen hacer pausas. Quiero pensar que aquí, el texto era leído deteniéndose un poco viendo consideraciones posibles, para luego examinar y proponer una respuesta común sobre la cual seguir pensando. Y así avanzar y avanzar. Lo dicho, Céfalo responde con maestría y creatividad, con la sabiduría que tiene poéticamente a su disposición y haciendo alarde de experiencia. 

Para él, la riqueza le ha aportado una relación -perdonad que insista tanto en el término- que va más allá de la riqueza y se posa en órdenes diferentes. Primero, se sitúa en la vejez y en un cierto temor cotidiano a la muerte que, si bien nunca se puede mirar de lejos- ya no se puede obviar y hiere antes de tiempo haciendo pensar en cómo es ha vivido, si justa o injustamente. La edad permite entender mejor "los mitos", queriendo referirse a ciertas verdades religiosas y tradiciones sapienciales condensadas en ellos. Obliga su cercanía a pensar en si se ha cometido injusticia con alguien. 

En esta tesitura -lo segundo- sobrevenida a la persona en su discurrir distraído, dos opciones: la agradable esperanza ("al que sabe que no ha hecho nada injusto le acompaña siempre") y, sin nombrarlo, su contraria, en la que ni se profundiza, ni se menciona, ni recibe indicación alguna. Para Céfalo esto se da porque, al tener riquezas "contribuye en gran parte a no engañar ni mentir involuntariamente, así como no adeudar sacrificios a un dios o dinero a un hombre, y, por consiguiente, a no marcharse con temores hacia el Hades." Todo, en su parecer, se debe a que la riqueza es de "máxima utilidad a la persona inteligente". 

Algo similar aparece en otros textos antiguos y nuevos: las cosas usadas con inteligencia mejoran a quien las utiliza o, al menos, no obstaculizan como sí parece hacerlo, de primeras, su carencia. Lo cual, a mi entender, deberíamos discutirlo. Porque me parece que estas conexiones tan precipitadas y aparentes, no son tan ciertas. Donde se debería poner el subrayado e incidir más es cómo la riqueza nos separa y distancia humanamente, en el caso del sabio, de lo que llamamos en otras ocasiones y sin precisión naturaleza o mundo. Es decir, independizan de alguna manera. Dicho lo cual, queda mucho por decir y aclarar.  

 




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