La barca soporta la pesadez del viento, que se cree gracioso y poderoso. La barca le mira con desdén unos días, otros con preocupación, otros agitada. No puede hacer otra cosa que convivir con él. Pero, en cuanto pueda, le dará la espalda y se manifestará en su contra. Se tambalea todo lo que lleva, se agrietan sus poros y se humedece el ambiente. El enemigo inferior también tiene lo suyo. Es la barca la burbuja que rompe la batalla entre olas y nubes, se coloca en medio para apaciguarlos y, de paso, quiere encontrar un cierto rédito. Es una pelea demasiado grande. Como cuando una abuela se coloca entre dos boxeadores musculados. Solo por unos momentos está libre. La barca intenta ir a lo suyo salvándose en movimiento, también queriendo salvar a otros. Hay barcas, sin embargo, que a pesar de todo, solo han buscado hacer daño y sembrar odios.
viernes, 26 de febrero de 2021
Duermevelas y vigilancias. Día 26
Por fin viernes, piensa alguno al pasar por la pared en la que va tocando fondo. Por fin este rincón del universo, preparado para mi descanso, mientras la semana que pasó sigue detrás empujado y se sigue la pista contando el calendario. Por fin, en bucle y en retorno. De mareantes ladrillos está el mundo hecho, a los que se va rasgando algo con cada mirada que se posa en ellos. De uniformes escaladas soñadas que nos sacan del vicio de las pisadas observadas. Quizá cantando, pensó uno, leguemos algo digno a nuestras espaldas, hallemos con las melodías tiempos nuevos, alberguen nuestros pasos rumbos desenfrenados. Mientras tanto siguen sin saber por qué han nacido, por qué tan poco sol les visita a ellos, por qué no pueden disfrutar la luna ni el lo alto del monte, ni en la playa, ni entre árboles escondidos. Sus ventanas dan hacia dentro sin respiro, a sus solares achicados por el nuevo martillo de la condena y del castigo. No supieron esperar en su momento con paciencia y aquí, en dos patadas y un chiscar de dedos, les han caído. Bendito viernes, para todos igual y tan distinto. ¿Qué es la vida si no es atrapar y cargar con lo que se ha perdido? ¿Qué es la vida ahora mismo, mientras escribo y escribo? ¿Qué puede ser mañana si no fuera más de lo mismo? ¿Qué haré, porque respondo, si busco algo distinto?
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