sábado, 23 de enero de 2021

Del sábado y sus tareas

Ayer por la noche, celebración del P. Chaminade. No es memoria, sin más. Aunque ejerce un papel de resistencia importante. No dejar que lo mejor, el primer movimiento que lo inicia todo, se pierda en los bordes del olvido y siga actuando. La memoria judía y cristiana es actualizante. Lejos de mirar al pasado quiere incidir en el presente y crear futuro, en formas similares. Creo que debemos lamentar la pérdida de raíz de nuestra época, la escasa tradición. 

Ante de cerrar la semana para liberarme hay que hacer la hoja de obligaciones del sábado, domingo, lunes y martes. Ya luego buscaré tiempo para aprender a ser libre siendo obediente. 

Más tarde, un par de juegos interesantes. Y a dormir después de las risas, que no siempre se entienden. Ni siquiera en familiaridad. El amigo de mi amigo no tiene por qué ser mi amigo. Las dinámicas personales, cuanto más próximas, más originales y menos trasladables a otras. Penden y se nutren de una historia que no es apropiación de uno de los dos. 

No sé cómo decir lo siguiente. Atar todo lo que va a suceder, como si se programara cada paso a dar, es impedir la vida y nace de la carencia más que de la riqueza. Cada cual transporta a la realidad aquello que tiene en sí. La proyección imaginaria, lejos de acoger la vida termina sufriéndola porque no se ajusta a su naturaleza. Por no hablar de lo que supone la alteridad del otro y su libertad. De pasada, se alimenta el juicio en el corazón sobre el otro como enemigo de mí mismo, que me impide ser y hacerme a mí mismo. Le damos la razón a Sartre un paso más adelante y ya no vemos esencias, solo proyectos. No hay nada que descubrir y solo queda intentar hacer algo sin que los demás me lo impidan, esquivándolos cuando son diferentes e identificando al otro conmigo mismo para que no sea realmente otro. Qué dolor. 

El sábado se sitúa a las 11h como si fueran ya las 18h. El color del cielo gris invade el hogar confundiendo la conciencia de los más pequeños. Hay que explicar más qué es el aburrimiento. Cuesta comprender a quienes defienden el aburrimiento como fuente de creatividad. Quien se aburre tiene un gran problema consigo mismo. Intentar seguir el seminario de Teoría de la Verdad con los pequeños pululando es más que difícil. Quiero, pero tendré que dejarlo para más adelante, con mayor sosiego. 

El deseo son muchos. Algunos empujan adelante, otros nos invitan a huir. De vez en cuando, agitan. Los hay que atan, como una especie de miedo a perder lo que se tiene. Desear que todo quede igual también es un deseo. La invitación que nos hace el futuro siempre nos revela que quizá no estemos allí con él, que quizá las cosas sean muy diferentes. De ese deseo se habla poco. La palabra conservador está contaminada tan políticamente que convendría buscar otra. Fijador suena a pelo. Limitador parece contrariar la libertad. Sujetador lleva a confusión. Custodiar y cuidar, velar son más apropiadas. También poner la luz donde se vea. Los deseos que se lanzan a un futuro sin traer consigo nada del pasado son los más difíciles de escudriñar y suelen condenarse como fantasías. Sin embargo, mucho me temo que son los deseos más puramente deseos. 

Las noticias se inundan de los infractores. Dos grupos son azotados por la opinión general: políticos (en realidad, cada uno muestra de qué pie cojea) y jóvenes (que a buen seguro no andan por el mundo sin familia, aunque de padres y madres se dice poco). Me parece una insana pedagogía contra la pandemia. Se suma el desgaste y se le pone nombre a una especie de síndrome pandémico que roza a unos y hace sucumbir a otros. El cansancio cercena. Personalmente, siendo alguien muy casero que disfruto con dos o tres cosas, empiezo a estar harto. En verdad, ayudan mucho a mi hartazgo acompañar el desquicie de los más pequeños. Ellos no son capaces de entender realmente que estamos haciendo un sacrificio y viven incómodamente nuestras decisiones. 

Es tiempo para hablar del bien común. No lo escucho demasiado. Importa poco. Sus cimientos estaban tan tocados que no se puede levantar sobre él un edificio seguro. En ningún ámbito. Quedan todavía por venir los despidos y la pobreza económica. Las mascarillas, que son caras, son imprescindibles. Ahora las FPP2, en otro tiempo insolidarias, se elogian y se obligan en otros países. El ánimo no alcanza nutrientes cuando no hay raíces. El sol refresca y mueve el viento más de lo que calienta. 

La sociedad asume cambios deslumbrados por el brillo de las promesas marquetinianas. Cuando era pequeño, recuerdo pensar que si tenía un cuaderno grande y un bolígrafo nuevo, entonces estudiaría y aprendería mejor. Mis padres no solían hacerme caso. Los Reyes Magos sí me escuchaban. Mis padres no se confundían tanto como los Reyes Magos. Pero los Reyes Magos no me hacían preguntas, solo escuchaban mis deseos y los hacían realidad. Entonces, digamos que se lavaban las manos y empaquetaban junto al cuaderno y bolígrafo mi responsabilidad y la tarjeta de felicitación servía para firmar mi error culpable. Debería preguntarme más frecuentemente qué es lo importante en un mundo tan rápido. Nunca pedí ropa de deporte pensando que correría más. Ganaba mis carreras por entonces. No sé el cajón donde están esas medallas. Mis padres conservan solo un par de trofeos en el salón grande, que nadie visita ya. 

LECTURAS

  • GARCÍA ROCA, Joaquín, AZAGRA ROS, Joaquín, La sociedad inclusiva: entre el realismo y la audacia, PPC. Los Joaquines hicieron un buen tándem. Escribieron algo que sabían todos los que andan por ahí tomando decisiones. Ya no nos extraña que haya personas trabajando y cuyo trabajo no les aporte riqueza. Queda una vuelta de tuerca más por dar y va a ser dolorosa. Perdón por la falta de optimismo. Pero percibo muy perdidos a los que más van a sufrir. Y las soflamas, sin pensar soluciones prudentes, no ayudarán a rebajar una tensión que debilitará aún más el sistema y el orden. Este libro habla de inclusión. Tiene unos años. Faltó claridad sobre la crisis migratoria. Y lo que vendrá, insisto. 
  • OLLER SALA, María Dolors, Tejiendo vínculos para construir la casa común. Una mirada, desde la fe cristiana, a la crisis migratoria y de los refugiados, SAL TERRAE. Existía una colección, que ha sido renovada, a la que los estudiantes de cuestiones sociales llamábamos sandía. Era de dominio público qué latía en el corazón de la colección y había dudas sobre lo que presentaba por fuera y nutría por dentro. No soy más listo que nadie, pero coincido con la confusión que ha reinado y que todavía colea. Los que vivieron aquella época y se formaron entonces, permanecen sin muchos movimientos en su discurso. Este libro, a mi modo de ver, se separa de aquello con madurez. Hemos recuperado algo propio que habíamos perdido y nos provoca más esperanza de la que imaginábamos. La otra tendencia ha sido la pendular. Pero este libro es muy moderado y está enfocado. Es necesario leerlo. Muchos cristianos deberían leerlo. 
  • SICRE DÍAZ, José Luis, Hasta los confines de la tierra, EVD. Son tres volúmenes de teología narrativa o narración teológica. Nos acerca al tiempo inmediatamente posterior a Jesús, aunque sin separarse del Resucitado ni su eclosión vital entre los judíos que pasaron a ser llamados cristianos. El conocimiento del mundo antiguo se da por supuesto al profesor Sicre. Muchos hemos estudiado las primeras líneas de la profecía con su manual, que pronto se queda varado como una sabia invitación a un estudio mayor. Aquí ocurre lo mismo. Recomendaría primero leer mejor los textos originales, para saborear aquí los matices y la reconstrucción de lo que va sucediendo. Gracias, profesor. Está bellamente escrito. 
  • GÓMEZ PÉREZ, Rafael, El sentido del sufrimiento, RIALP. En pocas páginas, el autor revisa rápidamente cómo han afrontado la pregunta del sufrimiento diferentes autores, que van desde el bíblico Job a la literatura del escritor de "Los hermanos Karamazov". Muchos fogonazos continuados, condensando demasiado cada uno para ofrecer un amplio panorama. Lo mejor del libro, a mi entender, comprobar que el sufrimiento no condena a quien lo sufre a una única respuesta. No hay determinismo, ni siquiera se escucha siempre su pregunta fundamental. Otra cosa importante, que es fácil darse cuenta de que siempre hay sufrimiento en la vida, incluso cuando hablamos de normalidad y cotidianeidad. Aunque a veces se impone y lo domina todo. Y el sufrimiento, permitidme el apunte, no tiene que ser siempre nuestro sufrimiento. Que en ocasiones se olvida. 
  • ALEIXANDRE, Dolores, Compañeros en el camino. Iconos bíblicos para un itinerario de oración, SAL TERRAE. Hace unos días quise compartir desde la página de GCL un libro. En lugar de aquel, se compartía este. Tiene sus años. Fue de un tiempo en el que se pusieron "de moda" los iconos, una mayor contemplación. Visto con perspectiva, fue como si Instagram hubiera llegado antes a la Iglesia que a ningún sitio. Pero un Instagram lento. Había que saber de iconos y se usaban mucho en encuentros, oraciones, papeles. Dolores, sin embargo, sigue siendo dolores. Ella ha perdurado por encima de modas. Cuánto hemos aprendido con la buena y cordial maestra, con su sabiduría y bondad tan unidas. Sin querer ofender, escucharla es muy parecido a quien asiste a un espectáculo de belleza y magia en el que aparecen continuamente novedades. Lo que más valoro de Dolores es su sencillez. Sin tonterías. Es una libre sencillez. Muy libre. 

NOTAS

  • Toca hacer la compra. Llueve mucho. Dentro de unas horas aparecerá el post y yo estaré cargando o descargando, o dando vueltas al carro para que Gaspar se maree. Me dan ganas de subirme al carro también. Ahora que lo pienso... Ya contaré mañana. 
  • Las comunidades pequeñas tienen la fuerza del reconocimiento y la fraternidad. Se dice comunión. Si son pequeñas y además no tienen comunión, se diría que la comunidad es esquelética. Sigo insistiendo en ello, porque la Iglesia sin fraternidad será iglesia y nada más. Que lo disfruten cuanto puedan los arquitectos, historiadores y estetas, porque será para ellos y otro puñado de ilustres. Muchos edificios terminarán siendo usados para lo que ni fueron imaginados. Ejemplos hay. No sé por qué tanta preocupación por conjuntos de piedras muertas. Qué más dará. 
  • Relatos y cultura son circulares. No vale cualquier palabra, ni cualquier discurso. Acomodarse y seguridad de vida, ¿son diferentes? Valentía y temeridad, ¿no está claro que no son lo mismo? Comenzar pedagógicamente por Aristóteles, por esa búsqueda del término medio y el equilibro, ayuda al menos a mirar a un lado y otro, e intentar descubrir lo que hay. Sin embargo, de vez en cuando toca, sin dejar la prudencia de las decisiones, mover la balanza para marejar el suelo con hondas expansivas o ventilar lo que se respira para soltar las velas. 
  • Sobre la flexibilidad de las instituciones, sigo dándole vueltas. No lo tengo claro. Todo movimiento de una gran organización actúa como rodillo sobre "minorías". 
Efectivamente, leo a Kierkegaard. Mi hija juega con mis orejas y no de cualquier manera, a aplastarlas. Aunque estemos en pleno invierno, yo estoy en manga corta. Resisto las inclemencias aunque odio los comentarios. Frías tiene mucho encanto. 



2 comentarios:

  1. Sobre estos jóvenes "infractores" y la responsabilidad tenemos padres y madres en estos actos, se hablaba ayer en el desayuno con nuestras adolescentes... Y me preguntó no será que hoy las familias hemos abandonado la responsabilidad por el bien común. Y si es así como van aprender los jóvenes de los mayores. El bien común un término olvidado, me parece en esta sociedad que hemos creado.
    Si al final igual es cierto eso de que tenemos lo que nos merecemos.

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    1. Gracias por la conversación con tus hijas y por tu comentario aquí. Estoy totalmente de acuerdo. Conozco muchas familias que están poniendo, no sin jaleos, el sentido común que a sus hijos no se puede exigir. Y no lo cuentan ni como algo fácil, ni como algo cómodo. Pero están ahí, educando cuando todavía hay que hacerlo. Gracias. Seguimos ahí. Mi mirada sobre los jóvenes es más que positiva, sabiendo que "piensan (pero después)". Esto último es mi definición de adolescente.
      Seguimos en diálogo. Cada comentario en el blog me hace mucha ilusión.

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