viernes, 24 de diciembre de 2021

ADVIENTO. El costoso reconocimiento del don en la fragilidad

Vivimos como vivimos y somos quienes somos, pero ha brillado una estrella. Enfatizamos la debilidad, la vulnerabilidad, la tiniebla, la fragilidad. Es "el pero" que suele ponerse a todo, porque el punto de partida desde el que se piensa suele ser "la grandeza". Lo cual es, pese a lo que cuesta reconocer, un error garrafal, casi un pecado original. Hemos tratado de vivir al revés de lo que corresponde estrictamente a la condición de criaturas, a nuestra condición de seres que recibimos y no nos damos la vida. Dios ha nacido para, desde el primer momento, revelar a la humanidad qué es vivir como persona, para que volvamos a fijarnos y atender, para que aprendamos nuevamente. Lo primero, lo primordial es el don. Y ese don, que es primero vida y luego Vida, se da para ser acogido, se entrega para generar vida en cada persona. Lo primero es poner mucho cuidado, mucha ternura, mucha misericordia, mucha protección y protegerlo con vida, dejando actuar en nosotros la misma entrega. Lo primero es eso. Luego, todo lo demás. Luego vendrá, efectivamente, la salvación. El "don sobreabundante" es lo que llega después, lo que es posible esperar, lo que revela que no estamos solos, ni lo estaremos, lo que no nos deja en la indigencia, en la incertidumbre, en la indiferencia. El "don sobreabundante" nos conoce por el nombre y nos da misión y hacemos historia. Insisto, el pero a todo esto que vivimos, si es que lo hay, es sobreabundancia y responsabilidad, sobrecogimiento y gratitud. No estamos solos, ni estamos arrojados aquí de cualquier modo. Hemos sido queridos y somos queridos eternamente. Lo representamos y celebramos con belleza, y no crudamente como algunos quieren, para que brille ante nosotros la Luz que vence a las tinieblas, para que Dios se muestre tan cercano, para que su proximidad se revele con tanta fuerza, para que miremos juntos en la misma dirección. Feliz Navidad. Insisto en esto mucho, y continuaré haciéndolo: llamados a ser hijos en el Hijo, a existir filial y fraternalmente, a saber que tenemos Padre. 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario