sábado, 17 de abril de 2021

Leyendo REPÚBLICA de Platón (35)

Comienzo en 351c hasta 351d.



Trasímaco complaciente vuelve a responder a Sócrates. ¿Algún grupo -interesante salto a lo político, a lo social para ver la dimensión de la justicia en su ámbito propio- puede tener éxito si cometen injusticias entre sí? Es decir, un grupo formado por personas injustas, que se comporten injustamente por lo tanto, ¿podrá tener éxito en sus acciones como grupo?

δοκεῖς ἂν  πόλιν  στρατόπεδον  λῃστὰς  κλέπτας  ἄλλο τι ἔθνοςὅσα κοινῇ ἐπί τι ἔρχεται ἀδίκωςπρᾶξαι ἄν τι δύνασθαιεἰ ἀδικοῖεν ἀλλήλους;

Una vez más, aparece una palabra interesantísima al final: mutuamente, unos a otros, entre ellos, entre sí como grupo. Este "entre sí" es muy parecido al "a mí mismo", como queriendo decir que aquello que hago a otro, en tanto que no soy lejano a él sino que pertenecemos al mismo grupo, en realidad nos lo hacemos también a nosotros mismos. Los ecos de esta palabra y pregunta llegan, como todo el mundo sabrá, hasta el mismo evangelio y el corazón de la nueva Alianza. Además, con la misma palabra. 

La pregunta, con este ἀλλήλων cambia radicalmente. Es el giro socrático por excelencia: que una acción es más sobre uno mismo que sobre el otro; que lo que hago a otro, deseo y quiero para otro, vivo con otro, realmente me lo hago a mí mismo; y lo que doy, se entrega, se hace no es algo particular sino un indivisible humano, con algo de misterio, que es la persona misma en toda su amplitud, sin que quepa un fraccionamiento tal que lo fragmente aquí y ahora, en esto o en aquello. De modo que, abierta en el ἀλλήλων la cuestión de la pertenencia, realmente toda acción humana, sea la que sea, aunque aquí tratemos de la justicia, es una acción sobre la humanidad de toda persona, en todo tiempo, en todo lugar, en toda circunstancia, en todo lo que después se pueda matizar como una dimensión sin ruptura alguna de su común pertenencia. 

Dicho más suavemente, ver que en realidad jamás seremos individuos tan aislados que no tengamos nada que ver con otros implica que eso que consideramos como mío, propio y ajeno a otros realmente no lo es tanto. Y aquí es muy interesante contemplar el espejismo, en esta dirección, que es realmente, en las palabras que maneja Platón, la πόλις. 

El proyecto humano, cualquier iniciativa humana en cualquier acción humana no tiene éxito, no alcanza su fin entre injusticias. ¿Por qué? Porque la injusticia introduce en la historia la mentira de una división, el mal de la ruptura de la humanidad consigo misma. La injusticia incapacita (δύνασθαι, de δῠ́νᾰμαι) para ser personas. 

El resumen es potentísimo, por contraste. El resumen capacita para ver caminos y riesgos, y lo dice con tal contundencia que asusta: 

En efecto, Trasímaco, la injusticia produce entre unos y otros discordias, odios y disputas; la justicia, en cambio, concordia y amistad. ¿No es así?

En griego (siempre, fuente Perseus):  

στάσεις γάρ που Θρασύμαχε 

 γε ἀδικία καὶ μίση καὶ μάχας ἐν ἀλλήλοις παρέχει 

 δὲ δικαιοσύνη ὁμόνοιαν καὶ φιλίαν 

 γάρ;

El verbo παρέχω repite una cuestión ya introducida anteriormente. Algo así como que todo este diálogo, que habla sobre la justicia y quiere "definirla", "determinarla", "examinarla" en todo lo que se pueda, realmente sabe que no terminará salvo en alguna cuestión importante con miras a algo mayor. La justicia y la injusticia no son fin en sí mismas, sirven a algo mayor, ofrecen algo a la humanidad, traen consigo un valor con ellas mismas situando a la humanidad en su conjunto y de cada persona mirando en alguna dirección, capacitan o incapacitan. Y aquí, sutilmente, la injusticia no queda en la negatividad y carencia, sino que se muestra como sierva de algo mayor. 

Hay que mirar, cuando haya tiempo, cómo una cuestión se desdobla en Sócrates cuando la analiza. De un principio, se abren otras dos, se desgranan otras interesantes, se mira de qué está compuesto como en una disección en la que se divide. Lo cual no es, por tanto, una simplicación de componentes, sino casi lo contrario: una mayor complejidad de golpe, a medida que se van viendo los temas con detenimiento. 

Del lado de la injusticia: μίση καὶ μάχας. Del lado de la justicia: ὁμόνοιαν καὶ φιλίαν. No se puede decir más claramente. Los dejamos en "acusativo singular", con ese "sentido", con esa "dirección", con el "hacia" que comportan y que los deja, de alguna manera, como flechas en el discurso más que como realidades cerradas. Al mismo tiempo que nos visita el acusativo, el acusativo nos saca de nuestra realidad siendo incapaces de asumirla y completarla por completo. 

El Estado injusto que ataca a otro Estado, lo hace primero dividiendo la humanidad en dos, cometiendo esa injusticia por tanto, a la que no hay derecho (lo legal va por otro lado, que aquí no considero) ni tiene sentido, y al atacarlo creyendo que puede cometer un mal, lo que realmente sucede es que se hace daño a sí mismo. Sin embargo, el Estado justo considerará también, en este sentido, la humanidad en su amplitud y, por lo tanto, se hará a sí misma un bien al mismo tiempo que genera concordia y amistad. 

 


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