miércoles, 20 de enero de 2021

Mañana será otro día

Son las 15:21h. Qué nervios, ¡volver a clase! Mañana y no se dilata más el tema. Vuelvo a tener preparado el libro que llevaré, la camiseta térmica color rojo, los zapatos azules, el jersey que esté encima de los demás y los vaqueros de siempre. De las clases, por supuesto, ni hablo. Me tocan dos temas preciosos, de los que no suelo hablar en este blog, ahora que lo pienso. 

Os cuento algo. Llegamos ya al emotivismo moral, a Hume el metódico escéptico visto desde la perspectiva ética. Se da una conexión tan clara entre su epistemología y el modo en el que propone vivir y que no vivió él mismo, que al menos en algo ha contribuido seriamente al pensamiento filosófico. Por si alguien lo dudaba, las ideas dirigen la acción. De hecho, es la parte de su pensamiento que, probablemente, más actualidad tiene. Lamentablemente. Sin inducción alguna, todo deducción desde el presente y los fenómenos del presente, cada juicio va por libre y es aplicado solo a cada instante de la vida. No sé vosotros, pero yo no tengo tanto tiempo según van viniendo las cosas. Un ser sin principios generales es una veleta en medio de una tormenta. Al final, le cae algún rayo. 

Luego, respecto a su teoría del conocimiento, lo de las impresiones simples es una quimera. Si existen es por el trabajo arduo y riguroso de una razón crítica, que desmenuza, analiza y busca las esencias, que no es lo mismo que lo mínimo. 

Por concederle algo, diría que el reclamo que hace sobre la atención precisa a lo que se presenta, con el consiguiente cuidado de no imaginar lo que no se da, es loable, aunque escasa. Como veis, soy incapaz de decir nada de él sin peros. Lo que hago en clase es pura abnegación de mí mismo. Ojalá alguno de los alumnos reflexione sobre lo que hablamos. Porque si no es así, están engullendo ideas con crudeza. Y no se trata ni del sano carpaccio, ni del sabroso sashimi. Ofrecer tanta metafísica no sé si cansa el alma antes de estar preparada para ello. 

El otro tema es la lectura exegética de un texto antiguo, de raíces más antiguas aún. Es decir, un comentario con cierto fondo (el que podemos permitirnos en clase con la situación de partida de los alumnos) que toque aspectos sociológicos y culturales, históricos y circunstanciales, referencias intertextuales, intención antropológica y teológica de la narración. Para no cansar a nadie, centro cada sesión en cinco claves. Que después de diez textos, son cincuenta. Poca broma con el asunto. 

He decidido hacer, desde años atrás, la presentación del cristianismo a partir del mismo Evangelio (los evangelios, realmente). Un ir a las fuentes. Unir las fuentes. Esto me permite preparar las clases leyendo más y más cada curso sobre el tema. Y reconozco que me quedan años para comprenderlo por mí mismo, no digamos para vivirlo enteramente. 

Nos toca hablar de la fertilidad o fecundidad (o no) de la palabra. ¿Imaginas el texto, amigo lector? Por si fuera poco, suelo presentar la visión sinóptica, partir de la búsqueda de los matices que hace cada evangelista. Tiene su éxito. Lo que más me cuesta es hablar en tercera persona de estos temas. Por rigor, claro. Los dos libros que me compré ayer van en esta línea. 

Y ya estará más o menos hecha la jornada, que entre pitos y flautas suele pasar rápido. Las clases más ágiles son las más entretenidas. Me cuesta mucho el aula donde no hay participación. Las tecnologías que estamos usando no sé si ayudan a la interacción tanto como sería deseable. Todo aprendizaje cuesta. 

Una preocupación, al hilo de todo lo anterior, para aquellos que hayan llegado aquí, que será un resto diferencial; preocupación que noto compartida por otros educadores: la brecha del confinamiento y la covid. La ruptura de hábitos y aprendizajes, superar un curso con fundamentos mínimos y evaluaciones difíciles, no dejará indiferente al sistema educativo en los próximos años. Si el balance general es el descenso, y ahora toca hacer un esfuerzo de compensación, restaurar la normalidad anterior no es cosa de dos días. No hablo de conocimientos, sino de la disciplina (etimológicamente "aprendizaje", de donde viene "discípulo" igualmente) de aprender. La adolescencia es mala época para los hábitos pobres. 

En este sentido, creo que la familia ha sido el punto de apoyo fundamental, mucho más que la escuela, para dotar de horario, rutinas serias, hacer el seguimiento que en la distancia es imposible hacer, y ser el acicate y la exigencia que todo aprendizaje requiere. No se suele contar mucho, porque hay que edulcorarlo y suavizarlo todo, pero el auténtico aprendizaje, como el verdadero amor, conlleva (esto es, carga consigo) sufrimientos, renuncias y durezas. Está pensado a largo plazo, para una vida entera, y no para momentitos entretenidos y divertentes

  • https://elpais.com/espana/madrid/2021-01-19/los-alumnos-de-14-y-15-anos-sufren-la-pandemia-un-20-mas-de-suspensos-en-el-primer-trimestre.html
  • https://eu.usatoday.com/in-depth/news/education/2020/12/13/covid-online-school-tutoring-plan/6334907002/?fbclid=IwAR3tGbR7ASSB0UL-Y4JdBjYMBxmxZbJY8PvzhEKNeCkRl2KWA-08T2uxqWM
  • Hay artículos en más periódicos por ahí. Y sin duda, los estudios científicos no llegan al gran público. Pero ahí quedarán para posteriores análisis. 
Cuando comenzaba el curso, mi propuesta era bien diferente a lo que estamos haciendo ahora. Desde mi punto de vista, la educación a distancia necesita de un fuerte acompañamiento. Qué menos que reservar un día para esa tarea, para seguir el trabajo que se hace. Supone reajustar el horario, por supuesto. Y la carga de horas simultáneas, por supuesto. Pero de otro modo, lo que provoca es una dinámica antieducativa en la que los alumnos (no solo adolescentes, pero es un tiempo muy delicado) corren el peligro de perderse. 

LECTURAS

  • KREIDER, Alan, La paciencia. El sorprendente fermento del cristianismo en el imperio romano, SÍGUEME. Ya he recomendado este libro a muchos amigos de modo personal. Y lo haré con cualquiera que quiera un texto serio sobre los orígenes de las primeras comunidades cristianas en medio de un Imperio que no les disuelve y donde son sal y luz. Gracias a Fernando por el empujón que me dio. Él lo recomendó primero. Yo solo me fie. Llegó a casa y recuerdo pulverizar del tirón las primeras cien páginas sin levantarme del sofá. No os lo perdáis. Ya os contaré más cosas. Esta paciencia vivida eclesialmente, no como virtud de un sujeto aislado e individual, fue la fuerza misma del Espíritu en el primer impulso misionero. Y nos falta comprender su lógica. 
  • MARTÍN NAVARRO, Alejandro, La nostalgia del pensar. Novalis y los orígenes del romanticismo alemán, THÉMATA. Anclado en Kant, como no puede ser de otro modo. En el giro que se provoca con su filosofía y de la cual bebemos con razón o sin ella. En nuestro caso es más herencia cultural que recepción consciente de su obra. 
  • SEIFERT, Josef, Conocimiento de Dios por las vías de la razón y del amor, ENCUENTRO. Este libro explora muchas demostraciones que se han dado de Dios. La razón hoy sigue siendo poderosa, pero está tan acallada como la conciencia de uno mismo respecto de sí mismo. Cuando analizamos el ruido permanente y la ociosidad como forma de vida, concluimos que difícilmente se puede ahondar en la raíz. Lo dicho, a Dios se le ha demostrado ya. Pero tales demostraciones no valen de nada sin amor. 
  • GRONDIN, Jean, A la escucha del sentido. Conversaciones con Marc-Antoine Vallée, HERDER. Hace unos días, Tomás J. @tomasjmm citaba a un gran teólogo, con quien casi comparte nombre: Thomas Ruster. El libro que comentábamos, al que se sumó Cristina Inogés, es "El Dios falsificado", de SÍGUEME. Curiosamente, en primer párrafo del prólogo que firma Cordovilla se cita a Grondin. Yo ando un tanto distante de algunas de sus tesis, que me parecen forzadas. Pero esta fresca conversación, entre filósofos, es muy nutritiva. No solo por las respuestas, sino por dónde van las preguntas. De Grondin es muy interesante una "Filosofía de la religión" que tiene en Herder. Aunque para ese tema prefiero otras. 
  • PIKAZA, Xabier, Diccionario de pensadores cristianos, EDV. Cuando conocí este libro, pensé en qué autores incluiría nuestros siglos. La sorpresa es grande y hermosa por su amplitud. Existe una cierta polémica sobre los intelectuales, pues aquí hay unas buenas referencias para los conocidos y para los conocidos. Además, tengo que decir en su favor que la brevedad en las reseñas es de calidad. Al menos yo, siento una enorme curiosidad por profundizar en la historia y vida de la que nacen estas grandes teologías y filosofías. En algunas, queda el rastro de la inquietud. 
  • GARCÍA-BARÓ, Miguel, Introducción a la teoría de la verdad, SÍNTESIS. Vuelvo a citarlo, porque es más que interesante. Echadle un ojo, que os engancharéis a la filosofía. Ojalá los alumnos de 2ºBTO pudieran hacer estos viajes con esta profundidad y rigor. 

NOTAS

  • Como siempre, termino antes de las 19:19h. Horas antes. Hoy he ido escribiendo de poco en poco, interrumpiendo los textos y temas. Primero el claustro de profesores, después la evaluación de InNovaReli2021. 

La foto es de ayer. El pequeño ya no duerme siesta. Lo cual no produce tanta alegría en él como en el resto. Es el fin de una era. Por ahora. De lo malo malo, cambia dormir por leer. ¿Conocerá ya algo de Heráclito? Pregunto. 




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